Decenas de operarios trabajan estos días desde el cruce de la Nacional 120 hasta San Millán de Juarros hasta el nuevo puente sobre el río Arlanzón en múltiples frentes con el objetivo de que esta semana se pudieran realizar las pruebas de carga y a mediados de diciembre, una vez colocada la señalización, abrir al tráfico. Una estampa parecida se aprecia en el entorno de Tordómar, obra cuya recepción está prevista para después del puente de la Inmaculada. La tercera de las nuevas infraestructuras ejecutadas este año, con una inversión total de 4,3 millones de euros, ya ha sido recibida por la Diputación de Burgos y puesta en servicio entre Quintanar y Canicosa de la Sierra.
El lunes se cortó al tráfico el acceso desde la N-120 para asfaltar el tramo que conduce hasta el nuevo puente de la BU-V-8002, trabajos que se prolongarán al menos durante la jornada de hoy y que obligan a circular por un camino a los conductores que toman itinerario. Se trata de una vía provincial con bastante tráfico, una intensidad media de 1.300 vehículos al día y 1.700 los fines de semana, al ser una de las entradas a la comarca de Juarros más utilizadas. De ahí que los vecinos estén deseosos de poder estrenarla, más cuando tenía que haberse acabado en 2022 y se paralizó por la renuncia de la empresa adjudicataria.
Tras la segunda adjudicación, a la UTE formada por Copsa y Perfibesa por 2,09 millones de euros, las obras han discurrido en plazo. Las 8 vigas que lo conforman se montaron a primeros de septiembre y esta semana se están colocando las barreras y protecciones para los peatones en las dos aceras del paso, que discurre prácticamente paralelo al actual. En este se trabaja también para limpiar toda la piedra de la maleza y humedad acumulada durante el paso del tiempo, al igual que en las riberas del río Arlanzón, para que queden perfectamente acondicionadas de cara a los próximos episodios de lluvias.
El puente viejo quedará abierto al tráfico rodado para que lo utilicen los agricultores que precisan transitar por la zona para ir a sus fincas. No así el de Tordómar, que se quiere preservar precisamente de las 'dentelladas' de tractores y cosechadoras por su valor patrimonial y su imponente presencia, aunque fuera construido en la Edad Media y no por los romanos, como popularmente se afirma.
Además del nuevo paso sobre el Arlanza, en esta localidad se ha tenido que ejecutar una variante de casi medio kilómetro para unir la N-622 y la BU-V-1143. Todo el trazado ya está asfaltado y se prevé que estos días se ejecuten los remates: instalar las barreras protectoras, pintar, colocar los postes y señales verticales... y se realice la prueba de carga. Si todo discurre con normalidad, la Diputación recibirá tras el puente de diciembre esta obra, ejecutada por Herrero Temiño, en UTE con Asfaltia, por 1.833.385,71 euros.
Esta empresa burgalesa ha finalizado y entregado ya otro puente, el más sencillo de los 3 que ha construido la Diputación este año. Se trata de un paso sobre el río Zumel, a la altura de Quintanar de la Sierra, que ha costado 400.000 euros.
Este es el único proyecto que ha requerido de un modificado, si bien no ha significado coste económico para la institución provincial, para la sustitución de las 16 vigas de canto que se macizaban in situ previstas en el proyecto inicial por 7 vigas en forma de doble T.
Los trabajos ya han sido recepcionados y la vía abierta al tráfico. Los conductores se ahorran así algunas curvas que entrañaban cierto peligro en la circulación por la carretera BU-V-8227, que conecta la CL-117 con Canicosa de la Sierra.