Se tomó dos años sabáticos para descansar de las competiciones cuando dejaron de divertirle. Las retomó en este ejercicio, midiéndose con las narices más destacadas del país y alzándose con el título de Campeón de España. Desde entonces a Fernando Mayoral, del Rincón de España, no han dejado de llamarle para ser jurado, dar charlas, proponerle eventos... «Es un premio muy mediático al que se le da mucha publicidad, así que mi vida ha cambiado un poco por estar más expuesto. Pero también sé que durará hasta que se elija al Campeón de España del año que viene».
Ahora le toca prepararse para las semifinales europeas que dan el pase al mundial y enfrentarse a Diego González, el otro sumiller burgalés que ha sido Campeón de España. Como buenos colegas, ambos entrenarán juntos. «Nos ayudaremos con dos de las tres partes del concurso: la cata y la práctica del servicio. En la teoría nos podemos echar una mano dejándonos apuntes, pero ahí no deja de ser cuestión de estudiar. Es duro porque el temario es prácticamente infinito».
El examen es en abril y todavía no se ha puesto a ello. Aunque sabe que va con retraso, su mente no ha podido centrarse ocupado como ha estado en ayudar a la familia tras el incendio que sufrieron en septiembre dos buhardillas del edificio del restaurante, propiedad de su madre. Pero en enero se pondrá manos a la obra.
Ser tasador es otra salida para los sumilleres. Se trata de calcular, por ejemplo, el valor de una bodega en una herencia»
Optar a ser el campeón de campeones y ganar el mundial es jugar ya en otra liga. Sería pasar a un nivel en el que algunos se aseguran la nariz, como hacen ciertos perfumistas. «Estamos hablando de gente que representa a grandes marcas y cobra muchísimo. Porque el mundo del vino es muy curioso y tiene numerosas variantes. No solo es vender vino en un bar. Hay quien se dedica exclusivamente a comprar vino de coleccionista para grandes fortunas».
Sería algo así como un marchante de arte pero con los caldos, una profesión con la que Mayoral disfrutaría. «Sería un sueño. ¿Que te paguen por probar los mejores vinos del mundo? Estaría muy bien. Tendría que ser marchante de un millonario, porque un coleccionista de vinos tiene que tener una buena cartera», añade.
Pero hay otras salidas curiosas para los mejores sumilleres. Por ejemplo, tasador de vinos: evaluar caldos a herederos que desconocen el valor de su bodega. «Tampoco se me había ocurrido trabajar en ello.Cualquiera de las dos salidas me parece estupenda. Marchante es mejor porque tienes acceso a prácticamente todos los vinos del mundo. Eso es algo muy grande. Piensa que los vinos más caros nosotros no los probamos prácticamente nunca».