El préstamo de 430 millones de euros formalizado recientemente por Adif Alta Velocidad y el Banco Europeo de Inversiones para la construcción de la 'Y vasca' entre las tres capitales (Vitoria,Bilbao ySanSebastián) impulsará un trazado que aún tiene muchas incógnitas y cuestiones que resolver, con Burgos como protagonista principal a partir de la segunda escena de esta parte de la historia.
De hecho, parte de la millonaria financiación aprobada se destinará al futuro AVE que conectará la capital castellana con Vitoria, así como a los nuevos accesos tanto a la ciudad alavesa como a Bilbao y a las nuevas estaciones de las tres grandes ciudades vascas.
Este es el último tramo de un préstamo ampliado hasta los 1.430 millones, si bien Burgos sigue a la espera de desarrollar su particular proyecto a expensas de otras actividades que el Ministerio de Transportes aún debe aclarar.
Y es que una vez que la alta velocidad una a las tres capitales vascas quedará por resolver cómo conectar el trazado con el resto de la red. La 'Y vasca' forma parte del Corredor Atlántico de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) y su continuidad por la meseta a través de Burgos es decisiva para coser el mapa español, portugués y francés, como destaca la propia Adif.
Esta opción está clara y se espera que las primeras fases administrativas avancen en los próximos meses para que a lo largo de 2025 el Ministerio saque a concurso los contratos para la construcción de los cinco tramos que completarán el trazado de la línea de alta velocidad Burgos-Vitoria.
Todo avance protagonizado tanto ahora como en el futuro próximo resulta fundamental para el desarrollo de los proyectos. Mientras, Transportes aún debe decidir cómo conectar la 'Y' vasca con el Mediterráneo a través del Corredor Navarro. El trazado Burgos-Vitoria avanza ajeno a los problemas encontrados al este del eje vasco en los últimos años. En 2022 el Ministerio se dio un año de prórroga para decidir la apuesta para la conexión con Pamplona. Sobre la mesa, dos alternativas: Vitoria o la localidad de Ezkio.
La situación no solo sigue atascada, sino que el Ministerio se han encontrado con problemas para explorar sobre el terreno las posibilidades de la alternativa guipuzcoana.La indefinición del Gobierno central retrasa los planes, con Burgos a la espera de que las últimas declaraciones del ministro favorezcan su futura conexión a Pamplona con parada enVitoria sin necesidad de dar un rodeo hasta la provincia de Guipúzcoa.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, reconoció en su reciente visita a Pamplona las dificultades encontradas para descantarse por Ezkio ante la oposición mostrada por algunos municipios al tratarse de un entorno con un alto valor medioambiental.Sin embargo, elDiarioVasco hizo referencia el pasado viernes a un informe del Gobierno Vasco que defiende Ezkio como la mejor conexión del TAV con Navarra.
Sea como fuere, los sondeos programados aún no han comenzado y los plazos se alargarán hasta que se inicien unos trabajos que tendrán un plazo de ejecución previsto de 13 meses. Todas estas circunstancias facilitan la alternativa de conectar la 'Y' vasca a Pamplona a través de Vitoria, como ocurre en el caso de Burgos como enlace con Madrid y Portugal. Una alternativa que impulsaría las posibilidades de la estaciónRosa Manzano con el este del país.
BURGOS SIGUESUCAMINO. No en vano, ya en 2018 esta opción era la preferida por elGobierno y seis años después la situación sigue en el aire mientras la capital burgalesa cruza los dedos para que su conexión supere sin más sobresaltos el procedimiento administativo.
La secretaria general de Transporte, Marta Serrano, confirmó el pasado mes de mayo que entre el último trimestre de este año y principios del que viene se recepcionarán los planos de todos los subtramos previstos en el trazado Burgos-Vitoria. «Una vez aprobados se iniciarán inmediatamente los trámites de licitación de las obras», adelantó. En un horizonte optimista -y realista si las fases se completan de forma satisfactoria- las máquinas podrían entrar en acción en 2026 mientras Pamplona suspira por conocer de qué manera conectará con la 'Y' vasca.