Suma y sigue. Desde enero hasta septiembre, la empresa que se encarga de la recogida de basuras por los hogares en Aranda de Duero ya ha reciclado 10.687 toneladas, 34 más que en el mismo periodo de 2022. Dicho de otra manera, cada arandino ha generado 324 kilos de basura durante los tres primeros trimestres del año. La cifra global se desglosa de la siguiente manera: 583 toneladas corresponden a envases de plástico, 636 a papel, otras 522 a vidrio, 203 a poda, 156 a enseres y el grueso, con 8.586 toneladas, al apartado de resto.
Según los datos facilitados por Urbaser, la empresa adjudicataria que presta este servicio público en la capital ribereña, todas las partidas salvo la de resto han aumentado en comparación con 2022. En el anterior ejercicio, se habían recogido 580 toneladas de envases, 599 de papel, 502 de vidrio, otras 193 de poda, 142 de enseres y 8.634 de resto. En total, 10.653 toneladas.
Si se analiza la evolución mes por mes, se desprenden algunos datos llamativos. Especialmente en agosto y septiembre. En este periodo aumenta considerablemente la recogida tanto de vidrio como de resto, algo que en Urbaser achacan a la celebración del festival Sonorama Ribera y de las fiestas patronales en honor de la Virgen de las Viñas, en septiembre. Si en junio se habían reciclado 46,54 toneladas de vidrio y en julio otras 45,10, en agosto la cifra se disparó hasta las 75,5. Un mes después, bajó a 57,7 toneladas. «Influyen mucho Sonorama y las fiestas. Se junta todo. Al final, va todo en cadena», explican desde la empresa. Este aumento también se refleja en el apartado de resto. De las 985 toneladas del mes de junio o las 952 de julio, en agosto se pasó a 1.083 toneladas y en septiembre a 1.017. Este patrón también se registró en 2022: si en julio se recogieron 942 toneladas de resto, en agosto se produjo un aumento hasta las 1.110.
Al margen de estos dos meses puntuales, en el acumulado del año la recogida de papel es la que más ha crecido al pasar de las 599,86 toneladas desde enero hasta septiembre de 2022 a 636,8 toneladas en el mismo periodo de 2023. Es decir, un 6% más.
Muebles tirados. También va a más la recogida de enseres. De las 142,3 toneladas que se reciclaron en los nueve primeros meses de 2022 se ha dado un ligero salto hasta 155,6 toneladas en 2023. Según los datos de Urbaser, este apartado presenta la siguiente evolución: en enero se acumularon 14,66 toneladas; en febrero, 14,98; en marzo, 17; en abril, 15,78; en mayo, 20,32; en junio, 18,08; en julio, 21,84; en agosto, 18,86; y en septiembre, 14,12.
Pues bien, más allá de las cifras, la empresa adjudicataria arrastra un problema con todo lo relacionado con los enseres, ya que prácticamente el 70% 'aparecen' tirados en las calles de Aranda sin previo aviso. Aunque los ciudadanos tienen a su disposición un teléfono de información y a pesar de que la empresa establece tres días a la semana para recoger todo tipo de enseres puerta por puerta, apenas un 30% de los vecinos avisa con antelación. Esto supone que alrededor de 109 toneladas de muebles, colchones o electrodomésticos quedaron directamente abandonados en la vía pública, sobre todo, junto a los contenedores. Basta con un paseo casi por cualquier barrio para ver mesillas, sillas o somieres tirados sin ton ni son.
Desde la adjudicataria del servicio admiten que se requiere «más educación», igual que con la 'plaga' de pintadas que inundan prácticamente toda la capital ribereña. «Se eliminan muchas, pero la solución no es sólo limpiar. También resulta importante no manchar», concluyen.