¡Así se entra en calor de forma sabrosa!

R.E.M. / Burgos
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Los churros con chocolate y las castañas asadas triunfan estas navidades en las calles de la ciudad, aunque la iluminación y las actividades organizadas resultan claves para las ventas

Los churros son todo un clásico de la época. Eso sí, en este puesto de San Lesmes han notado menos afluencia al no tener al lado la pista de hielo. - Foto: Luis López Araico

Hacen falta gorros, guantes, bufanda, abrigo y unas cuantas capas de ropa para soportar el frío que hace en la capital. Estas navidades las calles se encuentran abarrotadas de gente y eso demuestra que ni los termómetros consiguen dejar a los burgaleses en casa. Pero para llevar mejor esos paseos y entrar en calor rápidamente de una forma muy sabrosa hay algo que nunca falla por esta época: los churros con chocolate y las castañas.

Los puestos con estos productos salpican toda la ciudad, especialmente el centro, y cuesta pasar de largo sin hacer una parada en ellos. Su olor sirve de reclamo y de ahí que ya se hayan convertido en todo un clásico de estas fechas. Tienen tirón y parece que nunca pasan de moda, como así lo confirman los dueños de los negocios y lo demuestra el continuo goteo de grupos de familiares y amigos que hacen cola para este manjar.

«Esta Navidad se está trabajando muy bien, se nota que han puesto aquí una iluminación muy bonita y las burbujas que han colocado en la Catedral se han notado mogollón», comenta Cristina Alonso, que tiene su puesto de castañas en la calle Laín Calvo. Estos días se han convertido en los mejores del año, ya que reconoce que octubre y noviembre estuvo «un poco flojo» debido a que no hacía tanto frío.

«Ahora ha mejorado mucho la cosa y se nota que ha venido también gente de fuera», añade. Suelen estar hasta finales de enero o principios de febrero, cuando se acaba la castaña, aunque destaca que la noche de Reyes -con la cabalgata- suele convertirse tradicionalmente en el día más potente.

El sabor conquista, pero con este tiempo las castañas apetecen. «La verdad que mucha gente las compra para calentarse y luego ya se las come», dice Cristina. El cartel que las anuncia destaca que son ricas, sanas y nutritivas, además de que «asadas no pierden sus propiedades». Son una fuente de minerales naturales entre los que están el fósforo, calcio, zinc, magnesio y hierro. Además, poseen propiedades antiinflamatorias y beneficios que van desde fortalecer el sistema óseo hasta favorecer la actividad cerebral. Un gran alimento que hay que aprovechar a comer ahora.

El mismo éxito tienen los churros con chocolate. Eso sí, María del Mar Seco, de la churrería La Perla Riojana, situada en San Lesmes, reconoce que este año ha resultado algo más flojo para ella puesto que no ha habido ninguna actividad ni música por la zona. Lleva en esta misma ubicación 17 años y reconoce que se ha notado bastante que esta vez hayan quitado la pista de hielo de la plaza de San Juan. Tampoco han colocado iluminación en la zona y eso ha provocado que pase menos gente por allí. De hecho, esa misma explicación ofrece la castañera que se localiza a tan solo unos metros de ella.

La imagen del abuelo acudiendo con los nietos a por el chocolate con los churros refleja perfectamente que esta deliciosa combinación no entiende de edades. Eso sí, también cuentan con otros productos como bombas y canutillos de kinder, chocolate o vainilla. «Hemos ido incorporando cosas», afirma María del Mar, que lleva más de 40 años en esto y asegura que tiene el relevo garantizado gracias a sus dos hijos, que ya trabajan por su cuenta en el negocio. La temporada la abrieron en octubre y esperan estar  hasta abril, aunque la Nochevieja suele convertirse siempre en uno de los días de más trabajo para esta profesional.