El CD Mirandés acaba 2024 con una sonrisa, esa que deja en el rostro estar entre los mejores equipos de la Segunda División y lograr un brillante triunfo en la última jornada de la primera vuelta en un escenario como Riazor (0-4). El conjunto rojillo es una de las revelaciones de la Liga Hypermotion y ha estado toda la primera vuelta de la actual temporada entre la sangre azul. Ha demostrado una solidez impropia de un equipo plagado de jugadores jóvenes y con escasa experiencia en el fútbol profesional. El premio, llegar al ecuador de la liga en posiciones de ascenso directo.
No obstante, el año ha sido pleno de contrastes para la escuadra rojilla. Y es que en este mismo 2024 ha habido momentos de sufrimiento en el que el fantasma del descenso sobrevoló Anduva. El equipo ha pasado de luchar por evitar el descenso a pelear por las plazas de privilegio.
El inicio de año para los de Miranda fue duro. Perdieron piezas importantes para su estructura y el equipo lo notó. El área técnica trató de recomponer el equipo, pero no lo consiguió. La salida de Rubén Sánchez, al que repescó el Espanyol, y la lesión de Javier Martón hicieron daño. La calidad de los Gabri Martínez, Ilyas Chaira o Carlos Martín no era suficiente y los resultados comenzaron a darle la espalda al equipo.
El Mirandés no estuvo en puestos de descenso, pero nunca logró distanciarse lo suficiente para estar tranquilo. Así las cosas, el arreón de los últimos clasificados en un último intento de salir del abismo hizo que los rojillos se jugaran la permanencia en el último partido contra el Amorebieta. Si el conjunto vizcaíno ganaba en Anduva los de Miranda se iban a la Primera RFEF. El equipo de Lisci ganó 1-0 y en ningún momento sufrió.
Esta temporada el conjunto rojillo es una de las revelaciones de la Liga Hypermotion
Pasado el susto tocaba volver a empezar. Anduva es el lugar al que miran las canteras más importantes de España para ceder a sus futbolistas más prometedores. Esta apuesta tiene un costo y la entidad la pagó durante la pretemporada. La plantilla no contaba con jugadores suficientes y hasta tuvo que suspender un amistoso por falta de efectivos.
Así las cosas, el debut en la temporada ante el Córdoba llegó plagado de dudas, ya que había demasiadas caras nuevas para funcionar como un colectivo. Pero las piezas encajaron desde el principio y la solidez se convirtió en el principal aliado de los rojillos.
El equipo ha sorprendido a propios y extraños. Como ha ocurrido otros años el Mirandés cuenta con alguno de los jóvenes más talentosos de la Segunda. Después de esta primera vuelta el cuadro burgalés tiene licencia para soñar.