Llanto por la muerte de Felipe El Hermoso

I.L.H. / Burgos
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Un centenar de figurantes participan en tres secuencias de 'La corona partida', la película que sirve de secuela a la serie 'Isabel'. Catedral y Cartuja fueron escenarios del cortejo fúnebre

«La España siniestra» decía un turista francés al observar desde la plaza del Rey San Fernando el desfile de luto. Monjes, monjas, nobles, soldados y cardenales esperaban en silencio y custodiando un féretro las instrucciones de Jordi Frades. «Tenéis que susurrar el rezo, mirar hacia bajo y mantener el rostro serio. Recordad que estamos de entierro», aleccionaba el director. Las velas encendidas, el olor a incienso, la Catedral enlutada y hasta el viento que azotaba a Juana La Loca como en el cuadro de Pradilla y Ortiz del Museo del Prado hicieron enmudecer a los curiosos que se acercaron a presenciar el rodaje de la película La corona partida -que te rueguen silencio con un megáfono también ayuda-.

El vestuario de época, la Catedral en el siglo XVIcomo en el XXI, el ataúd adornado con los emblemas regios y el estandarte... ¿el estandarte?, ¡oh, no, del revés! Cristina, seguidora de la serie de TVE Isabel, miraba desconcertada desde detrás de la valla. Por si el equipo técnico no se había dado cuenta, les trasladó lo que parecía un error. Desde la productora Diagonal TV le agradecieron el apunte, aunque no había nada que corregir porque el luto requería la posición invertida del estandarte.

Y el rodaje siguió su curso. Un centenar de burgaleses participaron como figurantes. Enlutados todos. Delante y detrás de Juana La Loca, interpretada por Irene Escolar, y del cardenal Cisneros, en la piel de Eusebio Poncela, o portando el féretro. 85, uno, primera. Cámara B. La claqueta crujió y Jordi Frades, director también de Isabel, gritó aquello de «¡Acción!».

Las dos secuencias que se grabaron en el entorno de la Catedral con el cortejo fúnebre de camino al Arco de Santa María se repitieron varias veces. Vuelta al punto de partida, rostros serios, mirada al suelo. Llanto silencioso por la muerte de Felipe I (las crónicas dicen que durante los días que duró la agonía de su esposo, Juana La Loca permaneció junto a él sin derramar una lágrima). Y el resto del reparto preparados para la siguiente toma: Pedro Mari Sánchez interpretando al duque de Nájera, uno de los miembros del Consejo Real; Fernando Cayo como Veyré; Jesús Noguero en el papel de Benavente; Antonio Gil y Carolina Lapausa.

La plaza y la Catedral daban el pego sin apenas adornos. Y el día luminoso, podía ser perfectamente de septiembre de 1506, fecha en la que Felipe El Hermoso muere en la Casa del Cordón después de beber agua fría tras una partida de pelota de la que acabó sudando. Su esposa, Juana La Loca, inicia en Burgos un periplo por media España para enterrar al rey de Castilla en Granada.

De la Catedral el equipo técnico formado por un centenar de personas se trasladó al entorno de la Cartuja, monasterio donde el cuerpo del monarca permaneció tres meses. La ruta hacia el monumento en el que están enterrados los abuelos de Juana La Loca, es decir, los padres de Isabel La Católica, se grabó de noche.

Tras la jornada de ayer en Burgos, a la secuela de Isabel que también sirve de enlace con la serie de televisión Carlos V, Rey emperador,  solo le queda una semana de rodaje en Toledo y Segovia. Para su estreno en el cine, con el patrocinio de Televisión Española, aún no hay fecha.