Si la añada del 2022 ya fue calificada como «muy buena», con una mención especial para los vinos tintos, la de 2023 ha elevado aún más el listón que maneja desde hace ya varios años la Denominación de Origen Arlanza. Los 18 expertos -desde catadores profesionales hasta sumilleres pasando por directores técnicos de otras DO, periodistas o enólogos- calificaron ayer en Torquemada de «excelente» la producción que salió de las vides de esta zona el año pasado.
Al igual que ocurriera hace doce meses, los tintos han aupado la añada, que ha visto cómo los blancos daban un paso adelante y se consolidaban. «Nos han sorprendido mucho», confesó ayer Ramiro García, presidente de la DO Arlanza, en relación a estos últimos. Las nuevas corrientes de elaboración están permitiendo vinos «muy gastronómicos», buen volumen en boca y, sobre todo, una acidez envidiable. «Es por lo que más han destacado», indica.
Y es que Arlanza juega con un factor que muy pocas zonas vitivinícolas pueden poner sobre el tapete: la altitud a la que están las viñas, a unos 900 metros de media. «El cambio climático está provocando la salida de vinos muy alcohólicos y con baja acidez y nosotros logramos blancos muy frescos, afrutados, con poca graduación y una acidez muy correcta. Es envidiable», asegura García.
Los tintos, el gran estandarte de la Denominación de Origen, fueron los que más llamaron la atención a los catadores. «Al contrario de hace años, cuando eran un poco duros, las nuevas tendencias hacen vinos muy sedosos, con poca tanicidad y una acidez muy equilibrada», explicó el presidente de la DO. Aunque las cinco variedades que se emplearon para la calificación de ayer se sacaron de barrica, ya que están preparados para convertirse en reservas o grandes reservas, la cata a «medio camino» resultó «excelente». «Prometen, y mucho», apostó García. Tres fueron los rosados que se degustaron: uno de nueva moda y otros dos clásicos que también llamaron la atención a los expertos. «Es un vino más complejo de elaborar, con un recorrido más corto que los tintos y los blancos, pero han dado la cara», aseguró.
La calificación de 2023, una vez catados todos los vinos, deja una sensación plena en el seno de la DO Arlanza. «Ha sido una de las mejores de toda nuestra historia», reconoció Ramiro García. A pesar de que la cantidad de uva se redujo en comparación con otros años, ya que el curso climático «dio lo que dio», el adelanto entre 8 y 10 días para evitar problemas de sobremaduración fue, tal y como admitió ayer García, un verdadero acierto. «No siempre por dejar la uva más madura se logran mejores vinos. Esos excesos ahora mismo no tienen un mercado igual que el de los vinos más frescos, más verticales o con una acidez más correcta», indicó el presidente de la DO.
En cuanto a la celebración del Día de la Vendimia, todavía no se ha cerrado ni la fecha concreta ni el lugar. No obstante, García adelantó que muy probablemente tenga lugar a mediados de septiembre en una localidad burgalesa. Tras la del año pasado en Quintana del Puente (Palencia), este año toca cambiar de provincia.