Parece otra Aranda la de este mediodía por el centro. Queda gente, mucha gente, pero se puede caminar, hay sitio en las terrazas y la densidad de pistolas de agua por metro cuadrado ha descendido considerablemente en la última jornada de Sonorama Ribera.
A diferencia de los dos últimos días, en pleno concierto de Melifluo queda sitio de la mitad para atrás de la Plaza del Trigo, donde a la banda con algunos exintegrantes de Supersubmarina la ha seguido Jordi Évole y Los Niños Jesús -que han empezado con una versión de El fin del mundo, de La La Love You, y la sorpresa, la última de este festival, que promete ser un bombazo.
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El movimiento masivo de jóvenes se ha desplazado esta mañana a las inmediaciones del recinto El Picón y el cámping, donde cientos de jóvenes desfilan con sombrillas, neveras y tiendas en plena desbandada. Muchos regresan a casa porque mañana mismo tienen que trabajar y otros enfilan rumbos a los pueblos, donde les esperan la familia, los amigos y otra fiesta, la del 15 y el 16 de agosto.