Quienes hunden sus raíces en Toba de Valdivielso o lo han convertido en su lugar en el mundo decidieron en el verano de 2014 que no iban a permitir que la iglesia del pueblo se viniera abajo. Unidos en la Asociación Cultural de Amigos de Toba de Valdivielso, comenzaron a llamar a todas las puertas y a desarrollar numerosas iniciativas para recaudar fondos. Tras las primeras negativas, la última convocatoria del convenio de las goteras dio un sí a la petición de ayuda realizada por el nuevo equipo de gobierno en el Ayuntamiento valdivielsano. Las obras de restauración, con un presupuesto de 58.179 euros, comienzan esta semana.
El alcalde de la Merindad de Valdivielso, Jokin Garmilla, lo tiene claro: «Los Amigos de Toba han sido la clave y son el ejemplo de lo que creo que hay que hacer, colaborar entre todos para sacar adelante un proyecto». «El Ayuntamiento ha estado al lado de los vecinos, porque esa es la manera de trabajar que pretendemos desarrollar, de la mano de las asociaciones, la ciudadanía y las pedanías», añade.
El convenio de la Diputación y el Arzobispado aportará 50.000 euros, la Asociación de Amigos de Toba donará los 10.000 euros recaudados con sus actividades y el Consistorio aportará otros 5.000. Con estos 65.000 euros se sufragarán, no solo las obras que está a punto de iniciar la empresa Gonfer 2006, sino que también se costearán la redacción de proyecto arquitectónico o el informe geotécnico que le ha precedido. Aunque el aspecto del templo y las grietas que se abren en su interior hacían pensar en un problema de cimentación, el estudio geotécnico del subsuelo del templo lo ha descartado. Las fisuras se coserán con piezas visibles que frenarán su avance y se instalarán tirantes en dos puntos de la nave central por seguridad.
No obstante, el grueso de los trabajos se centrará en las cubiertas. El proyecto planteaba inicialmente la restauración del tejado de la nave central y del presbiterio, pero las mejoras aportadas por la empresa permitirán renovar también las cubiertas de la sacristía y la capilla sur. Algunos añadidos al templo sin utilidad se eliminarán y también mejorará el aspecto del cementerio y de la espadaña.
A pesar de conocer ya la importante aportación económica del conocido como convenio de las goteras de la Diputación y el Arzobispado, los Amigos de Toba organizaron esta Semana Santa su segundo recital lírico en favor de la restauración del templo. En sus paredes sigue colgando un cartelón. Dice «que no decaiga» y desde luego en esta asociación el ánimo no decae. Este verano, del 13 al 21 de agosto volverán a celebrar un nuevo mercadillo de segunda mano y los días 21 y 22 las fiestas que recuperaron el pasado verano. Todo lo recaudado seguirá siendo para la iglesia, que ya en 1971 perdió su condición de parroquia debido a la despoblación de Toba.
El alcalde valdivielsano ve lo sucedido como «un ejemplo de lo que parecía condenado a ser una ruina y está salvado». En su opinión la clave del éxito es que los vecinos se sientan «parte de la gestión de la política local» y para ello proyecta reunirse con los de todos los pueblos del municipio, así como con los representantes del sector turístico, de la agricultura y otros «para marcarnos objetivos e ir hacia delante».