En su última memoria, la Fiscalía Provincial destacó como una de sus principales preocupaciones la presencia de violentos en el fútbol y los mensajes de odio lanzados desde grupos radicales de equipos que rivalizan, más que a nivel deportivo, por motivos políticos. Un mensaje contundente que ya vaticinaba una respuesta acorde en la medida de las posibilidades del Ministerio Público. Ésta llega ahora en forma de acusación contra los nueve ultras asociados al Burgos CF y al Osasuna que iniciaron una multitudinaria pelea el 27 de noviembre de 2022 cerca de El Plantío, en los prolegómenos de un encuentro que enfrentaba a los blanquinegros y al Real Zaragoza. Según el escrito de calificación, protagonizaron un ataque contra los aficionados de otro colectivo, los Ligallo, que considera constitutivo de un delito de desórdenes públicos por el que solicita cinco años de prisión para cada uno de los implicados.
Tal y como recoge el escrito de acusación del fiscal, aquel 27 de noviembre de 2022 sobre las 9:20 horas llegó a la capital burgalesa un autobús procedente de Zaragoza con 54 hinchas de la peña Ligallo, un grupo radical de extrema derecha asociado al equipo maño que suele ubicarse en el Fondo Norte del Estadio de La Romareda, pero que acompaña a la plantilla en encuentros fuera de casa. Una vez aquí, acudieron al bar En Ascuas, ubicado entre las calles Vitoria y Farmacéutico Obdulio Fernández, una zona de locales con gran afluencia los días que hay fútbol en El Plantío.
Unos minutos más tarde, alrededor de las 10:10 horas, un grupo de medio centenar de personas, vestidas todas ellas de negro, encapuchadas y armadas con objetos contundentes como barras de hierro forjado de 43 centímetros de largo, un mango de madera de medio metro, empuñaduras de hacha y palos cilíndricos de gran tamaño, caminaron en formación desde la avenida de Cantabria hacia el bar en el que se encontraban los aficionados contrarios.
Dentro de este grupo se integraban los once acusados. Cinco de ellos eran miembros del grupo de extrema izquierda, Resaca Castellana, los cuales eran socios del Burgos CF. Los otros seis, con los que compartían ideología radical, pertenecen a los llamados Indar Gorri, hinchada asociada al Club Atlético Osasuna de Pamplona y que, según las investigaciones, vinieron exclusivamente a la capital a protagonizar los hechos que estaban a punto de producirse en las inmediaciones de El Plantío.
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