Desamparo e incertidumbre total son dos palabras que definen la situación que están viviendo los ganaderos de vacuno de nuestra provincia, que están sufriendo la extensión de la enfermedad de la fiebre hemorrágica «como la pólvora» por sus explotaciones. Iván Rodríguez, de Campolara, es uno de los muchos que están lidiando con ella. «Es un drama absoluto. No se puede hablar de focos aislados, estamos casi todos contagiados. A todo aquel que pregunto me dice lo mismo, que también está infectado», confiesa el ganadero, con dos rebaños de vaca alistaba sanabresa en Mambrillas y Campolara. Según el Ministerio de Agricultura, el primer foco de 2024 se detectó en la comarca de Salas de los Infantes (Hontoria del Pinar), pero se ha extendido ya por las de Burgos (Villamiel de la Sierra, Belorado (Rábanos) y Lerma (Mecerreyes).
Huerta de Rey, Hontoria del Pinar, Neila, Rabanera, Vilviestre, Santo Domingo de Silos, San Millán de Lara, Mambrillas de Lara, Salas de los Infantes, Contreras, Mazueco, La Gallega, Pinilla de los Barruecos... La lista de pueblos donde sus vacas están afectadas por esta enfermedad crece cada día, no hay casi ninguna ganadería libre de ella en toda la comarca de Lara y en la Sierra. «Es muy contagiosa y se propaga muy rápido», comenta este ganadero, que detalla que el primer caso lo detectó hace 10 días y que ya tiene 18 de 21 enfermas. «Y las otras tres, o son asintomáticas, o lo terminarán cogiendo», relata con toda la inquietud con la que se enfrentan a ella
¿Cómo afecta a las vacas? Primero a sus articulaciones, que se les ponen rígidas, por lo que se mueven menos. «También se les inflama el morro, le salen úlceras en la boca, no comen, les entra fiebre, se les hincha la lengua y se mueren porque no pueden respirar», especifica el ganadero sobre los síntomas, con los que sufren los animales, que después pueden padecer severas secuelas. «Seguro que más adelante tenemos abortos, además, producen menos leche, los terneros no pueden tomar calostros y eso afecta a su sistema inmunológico. También, pasados unos meses, se les pueden caer las pezuñas, por lo que no pueden andar», afirma.
La fiebre hemorrágica apareció el año pasado, pero de una forma «más leve» que este. «Afectó a menos ganaderías y a menos animales, pero es que este año se están muriendo vacas y las que no se mueren quedarán tocadas. La situación es de impotencia total», explica Rodríguez, que habla de dos fallecidas en Silos o de cuatro en Mazueco. En su caso, tuvo con fiebre dos vacas del rebaño que tiene en Campolara en el verano de 2023. «Y tuvieron síntomas leves. Este año aún no hay ningún contagiada, creo que porque se inmunizaron el pasado. En cambio, en el de Mambrillas no hubo ninguna el año pasado y este de momento llevo 18. Una de ellas no puede comer, está metida en un arroyo y no sé si va a sobrevivir». Según Iván Rodríguez, en 2023 empezó la enfermedad más tarde «y en agosto hizo mucho frío algunos días, con lo que bajó la actividad del mosquito (uno procedente de África y supuesto causante de la enfermedad)». Este año, en cambio, a principios de verano comenzaron ya a dar positivo algunas explotaciones. «Si las de los pueblos de alrededor la tienen, termina llegando al resto», puntualiza el ganadero, que mantiene que suele ser proporcional, por lo que a más vacas, más infectadas.
«No sabemos nada». Los ganaderos están afrontando la situación con un desconocimiento total. «No sabemos nada», dicen. De momento están tratando a los animales con antiinflamatorios y critican que la vacuna para frenar esta enfermedad no ha llegado. «Todavía no está, y aunque estuviera ahora ya es tarde porque estamos todos contagiados. Hay que ponerla antes, no cuando se tiene la enfermedad», comentan sobre esta infección, a la que comparan con la COVID. «Solo nos queda vigilar a los animales y su evolución. A ver cómo la pasan y están dentro de unos meses», dice expectante.
Iván Rodríguez, integrado en la UCCL, se reunirá junto con otros compañeros de la Unión con el jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, Juan José Bustos mañana. «Queremos contarle la situación, que nos aporte los datos que tenga y para saber qué es lo que van a hacer desde la Junta y si nos van a dar alguna ayuda».