Es verdad que quienes obtengan la plaza deberán después pasar por un periodo de formación de al menos seis meses, pero el área de Personal empieza a agilizar los procesos selectivos para dotar al parque de Bomberos de más efectivos, puesto que la plantilla se halla muy lejos de estar al completo. En estos momentos hay 36 vacantes y 89 hombres en plantilla. La oposición convocada para cubrir siete de esas plazas que no están cubiertas ha concitado el interés de un buen número de interesados, en total 176, de los cuales siete son mujeres. Hay que recordar que ninguna fémina forma parte del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Burgos, pese a que hace algunos años el Ayuntamiento estableció un coeficiente de corrección de +10% para ellas sobre las marcas de las pruebas físicas. No son muchas las que se presentan y ninguna lo ha conseguido hasta el momento. A ver si en esta ocasión va la vencida.
El tribunal que calificará las pruebas ya está formado y ya hay fecha puesta para el primer ejercicio, que tendrá lugar el 19 de septiembre. Ese día los aspirantes deberán responder a un test de 100 preguntas sobre contenidos teóricos -leyes autonómicas, ordenanzas y teoría sobre incendios, salvamento, etc. El segundo de los ejercicios, para el que todavía no hay fecha, examinará a los aspirantes sobre el callejero y, además, tendrán que resolver problemas de aritmética, geometría, matemáticas o geografía. Después llegan las pruebas físicas: subir a brazo una cuerda lisa; levantamiento de peso; salto de longitud; lanzamiento de balón medicinal; circuito de agilidad/velocidad; circuito táctico acuático; carrera de velocidad sobre 200 metros, y carrera de resistencia sobre 1.500 metros. Mucho ojo, porque las bases advierten de que se pueden llevar a cabo pruebas antidopaje por sorpresa.
El cuarto ejercicio está destinado a determinar la personalidad de los candidatos mediante un test psicotécnico. Tras él, el tribunal evaluará su capacidad en el desempeño de los oficios de albañilería, fontanería, electricidad, carpintería y cerrajería, unas pruebas para nada sencillas y en las que suelen caer bastantes aspirantes. Para valorar cómo se manejan en trabajos en altura figura la sexta de las pruebas, en la que quienes continúen en el proceso deberán subir y bajar por la autoescala con longitud de 30 metros e inclinación de 70 grados. También deben completar un circuito sin visibilidad. Y, por último, el reconocimiento médico, que también ha dado al traste con las ilusiones de más de un aspirante en otras convocatorias.