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S.F.L. / Bárcena de Bureba
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Maaike Geurts y Tibor Strausz compran la aldea para construir un bosque comestible. Otras 6 familias pretenden instalarse

Maaike Geurts y Tibor Strausz -en la imagen junto a sus hijos- compraron la aldea de Bárcena de Bureba para construir un bosque comestible. - Foto: Valdivielso

La noticia de la compra de la aldea deshabitada de Bárcena de Bureba por una pareja de holandeses ha viajado por España y Europa a la velocidad de la luz, y ya son varios los voluntarios interesados en participar en la rehabilitación de las viviendas en ruina y en instalarse en ellas. En concreto, seis familias compatriotas aspiran a establecerse junto a Maaike Geurts, Tibor Strausz y sus hijas -Trisa y Riva- a lo largo de 2025 y formar parte del proyecto de plantación de un bosque comestible.

La localidad ha pasado del anonimato a la escena pública en cuestión de meses y «prácticamente a diario», Carlos Calvo, el único vecino de Bárcena, recibe a «turistas atraídos por conocer la población y contemplar los avances», comenta. En poco menos de un año han construido con sus propias manos varias balsas en las que se acumula agua y un sistema de riego compuesto por más de 600 metros de tubos que permite que las plantaciones y frutales ya cultivados se desarrollen en perfectas condiciones. 

Desde verano, las tres calles más céntricas muestran su mejor cara con nueva cartelería y despejadas de matas, y están iluminadas gracias a una instalación de paneles fotovoltaicos, al igual que el interior del inmueble de mayor tamaño que transformarán en el espacio para los voluntarios que participen en la rehabilitación de la aldea. Ya dispone de una cocina con fogón y horno, frigorífico y un baño seco ecológico.

Tibor Strausz y Maaike Geurts buscaban comprar una aldea en España para desarrollar su proyecto de bosque comestible. Pagaron 350.000 euros por Bárcena. Tibor Strausz y Maaike Geurts buscaban comprar una aldea en España para desarrollar su proyecto de bosque comestible. Pagaron 350.000 euros por Bárcena. - Foto: Valdivielso

El resto de restauraciones las ejecutarán según las personas que accedan a instalarse en ellas, aunque también ofrecen sus 65 terrenos para aquellos que prefieran construir viviendas nuevas. El servicio de agua, energía y alcantarillado estará incluido en el alquiler de las parcelas, que «durará unos 20 años», aclara Maaike. 

La intención de la pareja se centra en cultivar sus frutales y en abrir su pueblo a la celebración de eventos culturales y de ocio. Los miembros de la organización del Festival de Poesía Silvestris Festival celebró parte de las actividades programadas el pasado 14 de septiembre entre las ruinas. La idea salió bien y los holandeses están dispuestos a compartir su espacio con «otros colectivos o artistas que deseen utilizarlo» como plató principal de sus proyectos. 

Madera de paulownia. Carlos, el vecino inesperado, comprueba asombrado la velocidad con la que crecen las 120 paukownias plantadas en agosto, un árbol cuya madera destinarán a la reconstrucción del interior de las edificaciones. Se trata de un material fuerte y muy resistente a las inclemencias meteorológicas, y el burgalés pretende sembrar otros mil ejemplares el próximo año y vender la madera a empresas de construcción.