Volver, volver, volver. Es una aspiración, un deseo, casi una obsesión. Como cantaba la voz desgarrada de Chavela Vargas, el Silbö San Pablo se muere por volver a la ACB desde que aquella fatídica tarde de mayo de 2022 perdiera la categoría. Son ya tres temporadas consecutivas en Primera FEBy las dos anteriores se le ha escapado el objetivo en la maldita Final Four. Lejos de tirar la toalla, el proyecto presidido por Félix Sancho ha vuelto a ser ambicioso y, a día de hoy, es el líder de la liga y uno de los favoritos para regresar de forma directa a la Liga Endesa.
El año no comenzó con buen pie para los azulones porque cayeron de forma clara en el derbi frente al Grupo Ureta Tizona y, pocas semanas después, llegó la destitución de Lolo Encinas, entonces técnico de los burgaleses. Se apostó por Jota Cuspinera y fue capaz de reconducir la situación, aunque no pudo arrebatar el ascenso directo al Leyma Coruña de Diego Epifanio. Otro éxito más para el técnico burgalés.
Esa circunstancia le condenó al play off, en el que arrasó al Real Valladolid, y a la posterior Final Four. Ahí, le tocó enfrentarse al Força Lleida, que acabó ascendiendo, y claudicó en el peor día posible. La presión atenazó a los jugadores y el sueño del ascenso se esfumó. Fue el único partido que perdió Cuspinera como azulón, pero le costó el puesto al no haber cumplido el objetivo marcado.
El varapalo fue doloroso para la familia del San Pablo. Otro año más fuera de la élite, otro año más en el barro de la Primera FEB. Además, con todos sus rivales reforzándose mucho, entre ellos dos recién descendidos con aspiraciones de volver.
La dificultad de la empresa parece tornarse cada año más compleja, pero la dirección deportiva se movió bien en verano y ha conseguido formar un bloque más compensado que en cursos anteriores. Mantuvo a jugadores clave de la temporada pasada e incorporó a otros de muchísimo talento con espíritu colectivo. El pelotazo del mercado fue el fichaje de Dani Díez procedente del Baskonia, un movimiento difícil de creer y que ha dado un salto de calidad a la plantilla. También firmó a Joe Cremo, lo que trajo mucho revuelo al ser un jugador que llegaba desde el Tizona. Se unió a Gyorgy Golomán, Jon Axel Gudmundsson y algunos secundarios de lujo que este año sí están dando resultado.
Todo ese arsenal lo pusieron en manos de un técnico joven y con solo unos meses de experiencia en España, pero con ambición y grandes resultados en la liga con el Betis. El movimiento de firmar a Bruno Savignani y no a una vieja gloria del círculo habitual de entrenadores le está saliendo bien hasta el momento. Es el líder de la Primera FEB y solo ha perdido un partido en las 14 primeras jornadas. Además, si los resultados son buenos, las sensaciones son todavía mejores. Está mostrándose como un equipo sólido y capaz de reponerse a las ausencias de jugadores importantes, como hizo el pasado domingo en el derbi. Parece que, por fin, ha encontrado el camino de vuelta.