Los festejos taurinos de las fiestas patronales de Roa arrancan en la mañana del jueves 15 con el primer encierro urbano sin que se registrase ningún incidente reseñable. Una cita que atrajo no sólo a los raudenses, sino a muchos ribereños que se acercaron a disfrutar de un espectáculo único en la comarca. Los laterales del recorrido estaban plagados de gente incluso una hora antes del inicio de la carrera, momentos de espera que muchos aprovecharon para degustar las sopas de ajo que ofrecen las amas de casa o unos churros para entrar en calor.
Con un retraso de cinco minutos, los tres cohetes marcaron la salida de las reses de la ganadería El Cubo Fuentespino de los cajones. En ese momento, el recorrido del encierro se vació de gente para quedar sólo los valientes que iban a correr delante de los astados. En un minuto y 50 segundos, la manada completó el trayecto hasta la plaza de toros, con una caída de una de las reses como único momento que rompió el ritmo de la carrera. Una vez en los corrales, llegó el momento de que los mozos se luciesen en el ruedo en la primera sesión de vaquillas.