'Tesoros' ocultos en el altar de la Torre Caída de Padilla

P.C.P. / Padilla de Arriba
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Proyecto Royales recupera restos de entre 8 y 10 individuos, que podrían ser del siglo XVII o XVIII, y se plantea si acabaron allí tras una plaga o alguna guerra

Este es el único esqueleto que ha aparecido completo y por la postura del cráneo saben que cuando se depositó aquí, el muro ya estaba construido. - Foto: Valdivielso

La Torre Caída de Padilla de Arriba, como se conoce popularmente a la ruinosa iglesia de Santa María la Blanca, conserva secretos del pasado que han comenzado a aflorar esta semana, como un osario y dos fragmentos de mosaico romano  bajo un altar, un lugar tan anodino  que necesita una explicación. Pero dispone de poco tiempo para encontrarla, y de menos futuro, si no aparece un mecenas salvador que posibilite la consolidación de los restos y la continuidad de las excavaciones arqueológicas iniciadas por el equipo de Proyecto Royales. 

Los voluntarios que la semana pasada trabajaron en la vanguardia del fastuoso puente de 8 ojos que cruzó el Pisuerga entre Burgos y Palencia, se han mudado estos días a Padilla de Arriba para responder al llamamiento de la Asociación Amigos de la Torre Caída, que sueña con ver estas ruinas convertidas en un espacio de usos múltiples en el que se pueda volver a reunir el pueblo, al igual que ocurrió hace siglos. En el año 1921 se vino abajo el grueso de un templo de dos naves que se comenzó a levantar en el siglo XIII, durante el reinado de Alfonso VIII, y que entre otras peculiaridades dispuso de un pequeño claustro y de un ábside recto, no semicircular. «No es una obra excelsa pero tiene mucho interés para explicar la historia de Padilla», apunta Alejandro Ramos, director de Proyecto Royales. Empeñado en rescatar la memoria colectiva de su comarca (procede de Valtierra de Pisuerga y tiene familia repartida por varios pueblos de Odra), ha trabajado con estudiantes y voluntarios durante 5 días en dos sondeos. El primero a la entrada del templo, donde no han aparecido restos del arco románico pero sí del pavimento, como revela la profunda muesca hecha por el roce de una puerta.

El segundo se ubica en la zona próxima al altar de la nave más antigua y esperaban obtener de él una secuencia de la construcción del templo. Sin embargo, no han podido progresar mucho al toparse con tantos enterramientos, posiblemente entre 8 y 10 individuos. Su ubicación suscita dudas, puesto que se trataba de un lugar reservado a personalidades, y esto parece más una concentración de huesos, hay hasta niños, de los siglos XVII o XVIII. «¿Qué hace un osario en el altar?», se pregunta en alto Ramos, como muestra de lo inesperado de este descubrimiento. «Y menos con restos romanos, mármol, monedas...», una mezcla que le tiene intrigadísimo. Los restos óseos pueden atribuirse a una plaga o quizás proceder de las guerras carlistas o la ocupación napoleónica, apunta. Pero ¿y el mosaico? No muy lejos está documentada una villa romana, que quizás algún día se pueda excavar. ¿Y si alguien lo encontró allí, se encapricho y lo traslado aquí? Puede. O no. Para averiguarlo, criban con mimo todos los sedimentos en busca de pistas. No han encontrado proyectiles pero sí monedas, un cascabel, azabache, cabecitas de roedores... Y un fragmento de vieira que les hace especial ilusión, porque prueba que pasaron peregrinos por aquí, como por el puente y el hospital de Royales.

En cualquier caso, Alejandro Ramos considera que esta primera incursión en la historia de la Torre Caída y la iglesia de Santa María la Blanca debe tomarse «como una muestra de que el proyecto es serio y va hacia adelante», con una asociación «muy comprometida» aunque sin apoyo de la Diputación de Burgos ni otras instituciones. 

Sí agradece la implicación de vecinos de Padilla de Arriba que colaboran con ellos. «Hay gente muy interesada que viene y nos anima, nos trae sandía...», sonríe. Y también de la Mancomunidad Odra-Pisuerga, que con una máquina despejó la zona de derrumbe.

Estos días han separado los sillares para que se puedan emplear en una futura reconstrucción de un templo levantado en piedra arenisca de canteras de Padilla, Valtierra, Rezmondo... Otros muchos acabaron en las casas y carreteras del entorno, después de siglos de desidia e incluso algún malévolo intento de echar abajo lo poco que queda. 

Contra todo ello lucha Proyecto Royales.Con la ciencia y con la divulgación.Por eso hoy habrá visitas guiadas al yacimiento de 10 a 13 horas, y una presentación de los resultados por la tarde en las escuelas (19 h). El pasado les espera.