Después de seis semanas de montaje, el Belén del Ejército ha abierto sus puertas en la zona bajo cubierta del monasterio de San Juan «sin grandes cambios exteriores, pero con una gran renovación en las formas y el formato», puntualizó en la inauguración el coronel jefe del Regimiento de Transmisiones 22, Luis Andrés Bárcenas. El militar se refería así a la implicación de todas las unidades de Burgos en una misión que todos sienten como propia: la recreación de los pasajes de la Biblia como un servicio a la sociedad.
La edición 31 del Belén, la segunda que se realiza en San Juan, alcanza los 500 metros cuadrados, reproduce 118 escenas y cuenta entre sus efectos con 5.000 litros de agua para recrear el puerto de Alejandría, así como cascadas, lagos y ríos. Algunos de estos elementos, además, se han aprovechado para mitigar las goteras, haciéndolas coincidir con los espacios de agua.
Estas cuestiones técnicas son algunos de los «avances» que incluye esta edición, según el capitán Alejandro Pinto. También lo son el recorrido en forma de laberinto con andamiajes y redes que protegen al visitante, así como los paneles que se han colocado en las puertas para mitigar el frío.
Pinto señaló que se ha renovado todo el cableado eléctrico, la introducción de iluminación led en las casas y los ambientes de las escenas y el nuevo equipo de megafonía que aporta el Regimiento de Transmisiones. Respecto al diseño, se estrena el palacio del juicio de Salomón, que recrea la casa donde se cree que murió la Virgen en Éfeso (Turquía) y la maqueta del Apocalipsis, que «flota» al final del recorrido. Nuevo es también el mural que inicia el Belén con la representación de los planetas y el cómic que reciben los más pequeños.
El Belén hace un guiño a la ciudad -que cede el espacio- con los Gigantillos a punto de bailar frente al Misterio y otro a la Policía Nacional, que celebra en 2024 su 200 aniversario.
La finalidad solidaria del Nacimiento se destina este año a Cáritas Castrense; ADMOBU, Asociación de Donantes de Médula Ósea de Burgos; Asociación Corea de Huntington de Castilla y León, y el centro de acogida San Vicente de Paúl, de las Hijas de la Caridad.