En su casa no guardaba mucha droga cuando la Policía Nacional lo detuvo, pero llevaba un tiempo llamando la atención a bordo de un Renault Clio con el que se movía por toda la ciudad para repartir sustancias estupefacientes entre su clientela. La Audiencia Nacional le ha condenado ahora a dos años de prisión después del acuerdo al que llegaron la Fiscalía y su abogado defensor. Además, el tribunal ha convenido la suspensión de su pena durante dos años, algo que queda condicionado en todo caso a que no delinca y comunique sus cambios de domicilio.
En septiembre de 2021 el grupo de estupefacientes de la Comisaría de Burgos diseñó un dispositivo de seguimiento del acusado, de República Dominicana y en situación regular en España. Los agentes tenían información de que se dedicaba a la distribución y venta de droga en Burgos.
En esas vigilancias discretas a las que le sometieron observaron que el sujeto, a bordo de un Renault Clio Rojo, «se desplazaba por toda la ciudad sirviendo sustancias estupefacientes a quien se lo solicitara. Cada poco tiempo regresaba a su domicilio para abastecerse.
A finales de septiembre de 2021 los policías observan que realiza varias transacciones de droga a cambio de dinero. Y el 13 de octubre hace un pase en la calle Vitoria, tras lo cual cogió el coche para desplazarse hasta la calle San Miguel, donde aparca. Una mujer vestida de amarillo y gafas de sol se acercó hasta la ventanilla, le entregó un billete de 10 euros y otro de 20 y el camello le dio dos envoltorios, uno blanco y uno verde, que contenían una sustancia rocosa que le fue incautada a la compradora.
Acto seguido el pequeño traficante fue detenido y la Policía le intervino 13 envoltorios que contenían la misma droga, que resultó ser cocaína. Se incautaron también de 100 euros en efectivo, dos teléfonos móviles y las llaves de Renault Clio.
En la entrada y registro que los investigadores practicaron en su domicilio tras conseguir orden judicial lo cierto es que no fue encontrada gran cantidad de droga, pero sí una báscula de precisión con la que preparaba las dosis para entregar a sus clientes. Las diligencias fueron enviadas al juzgado de instrucción número 4 de Burgos.
La Fiscalía consideró que el investigado era responsable de un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancia que causa grave daño a la salud. De manera que pidió dos años de cárcel contra él, una multa de 200 euros y el decomiso del vehículo que utilizaba para realizar los pases de droga. Como la pena no suma más de dos años y era la primera vez que delinquía, la Audiencia ha acordado que se le suspenda la condena durante dos años, de tal manera que no ingresará en prisión.