Pilar Alcorta fue una de las personas con las que la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) de Miranda renació en octubre de 2023. Un año después, el presidente Julián Fuente dimitió por motivos personales y en la junta directiva sus integrantes la miraron a ella. La vicepresidenta asumió el mando «aunque de momento lo hago en funciones», a la espera de llegar a la asamblea de febrero para saber si queda ratificada en el cargo, como ella desea, o surge otra persona que lidere la asociación.
¿Cómo ha sido el proceso para que asuma el cargo de presidenta de la UDP?
Al dimitir el anterior presidente hicimos una reunión a puerta cerrada entre la directiva y me propusieron que me hiciera cargo. Continuamos con el mismo funcionamiento, aunque en febrero se hará la asamblea y votaremos. Lo importante es que la asociación va muy bien, que tenemos un boom de socios y rondamos los 800.
Se han recuperado y ya han superado los 600 socios que había previos a la pandemia, ¿cómo ha sido este año?
Hemos tenido meses de goteo constante, pero el boca a boca en Miranda funciona muy bien. Además, hace poco hicimos un viaje a Toledo y la gente vino tan encantada que al día siguiente no podíamos entrar en la asociación, porque estaban esperando para hacerse socios.
Su intención es continuar, ¿qué objetivos tiene?
Nos quedarían tres años de mandato si así lo decide la gente. Tengo el mejor equipo y en este tiempo iremos viendo qué podemos hacer y qué no. De momento, los viajes nos funcionan muy bien, también porque buscamos que sean económicos. Para mayo ya tenemos un crucero organizado y el secretario ya tiene previstas las excursiones mínimo hasta el verano. El tesorero es el que nos corta un poco las alas para que no volemos tanto.
¿Cómo se organizan?
Los socios pagan una cuota de quince euros. Gracias a eso hemos conseguido comprar dos ordenadores, dos pantallas y un par de impresoras. La idea es actualizarnos, porque tenemos a todos los socios en papel impreso, pero nuestra intención es utilizar un programa para informatizarlo. Todo eso es gracias a nuestros socios, que son nuestro activo.
La asociación cesó por la pandemia y no pudieron acceder a los listados anteriores, ¿han contactado con todos?
No nos da la vida. Vamos viendo poco a poco y todavía quedan algunos, aunque hemos crecido mucho. Tampoco tenemos mucha prisa por regularizar a todos, porque trabajamos muy bien y los resultados están ahí. Aquí estamos como los mosqueteros 'todos para uno y uno para todos' y de momento lo estamos consiguiendo.
En las asociaciones cada vez cuesta más que haya gente que se implica, ¿qué le han transmitido los socios?
Voy a decir una cosa con orgullo. En todos los viajes vienen tres señoras con andador y algunas excursiones son cañeras. Viene una señora con cachava, que hacía cuatro años que no salía de casa y nos dice que le hemos dado la vida. Sus hijos ni se lo creen. Hay otra socia que tomaba medicación para la depresión y el médico desde que está con nosotros se la está bajando y la mujer viene con una ilusión tremenda. Para nosotros la respuesta de la gente es una inyección, porque eso es lo que nos impulsa. Queremos ayudar, pero hay que tener en cuenta que aquí hay mucho trabajo.
¿Qué próximos viajes tienen pendientes?
El próximo es el de Bayona el próximo 12 de diciembre. De hecho, ya tenemos dos autobuses llenos y ni siquiera hemos tenido que publicitarlo. Al final ni hicimos los carteles y eso dice lo bien que funcionamos y la gente lo ve, porque todo el interés salió de las personas que fueron a Toledo. Además, esta será la primera vez que iremos con dos autobuses de los grandes y podíamos haber llenado un tercero, porque tenemos gente en lista de espera por si alguien falla. Hasta ahora hemos ido solo en uno, pero vamos a ver cómo funciona la experiencia de ir con dos. Nos dividiremos la junta directiva para ver qué tal lo organizamos y si vemos que podemos, pues tiraremos para arriba.
¿Qué más pueden hacer?
Tenemos la limitación del espacio. Hemos pensado en poder hacer talleres de ocio, pero aquí en nuestra sede de Torre de Miranda no podemos. Si tuviéramos otro sitio, pues a lo mejor nos plantearíamos hacer algo más, pero hay que ser realista y si esto va a más, pues se iría viendo. Nosotros por ahora todo lo que hagamos tiene que ser de puertas para afuera, como un taller que hemos organizado de primeros auxilios para el 13 de diciembre que lo haremos en el centro cívico.