El vandalismo se recrudece en el casco histórico

C.M. / Burgos
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Las viviendas, el colegio Saldaña y los espacios públicos son objetivo de pintadas y suciedad por el botellón. Las escaleras mecánicas llevan meses estropeadas. Los vecinos exigen más vigilancia policial y cámaras

El vandalismo se recrudece en el casco histórico - Foto: Valdivielso y Ramis

El Casco Histórico es un lugar privilegiado para vivir al estar próximo a la Catedral y otros monumentos patrimoniales y a los pies de uno de los pulmones verdes más importantes de la ciudad como es el parque del Castillo. Sin embargo, también es el emplazamiento elegido por los jóvenes para hacer botellón y todo lo que ello conlleva en materia de ruidos, suciedad, pintadas y destrozos en casas, colegios o espacios públicos.

El recrudecimiento del vandalismo en los últimos meses ha terminado de colmar la paciencia de los vecinos y también de la dirección del colegio Saldaña. La situación se ha vuelto insoportable y reclaman más vigilancia policial a pie de calle y la instalación de al menos una cámara en la subida desde Hospital de los Ciegos a la calle Arco de San Esteban para frenar los destrozos que los vándalos realizan en las escaleras mecánicas o en el ascensor que sube al Casco Alto desde Fernán González. En el caso de las primeras llevan meses sin funcionar y ya ni sabe a cuánto asciende el gasto en reparaciones y piezas mientras que el segundo está en unas condiciones lamentables con suciedad o quemaduras en los botones. Los cristales que protegen el desnivel no duran enteros ni un semana. «La única solución es la instalación de al menos una cámara en la zona de las escaleras mecánicas y el ascensor para disuadir a los vándalos. Pensamos que es una buena medida y que está justificada por el interés general al tratarse de la accesibilidad de los vecinos», indicó Alfonso García, de la Asociación Casco Histórico Alto.

El vandalismo también se ceba con los coches aparcados en las calles, dado que muchas edificaciones por su antigüedad no tienen garaje, y las lunas o retrovisores aparecen rotos sobre todo los fines de semana. Los espacios públicos están llenos de pintadas, que la empresa Urbaser limpia pero que a los dos días vuelven a estar igual, y lo mismo sucede con las fachadas de los edificios.

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