El elegido presidente del Consejo de Cuentas de Castilla y León, Jesús Encabo, prometió ayer dejar al margen de las «diatribas y posiciones políticas» el trabajo de la institución para cumplir la función asignada desde la «máxima independencia e imparcialidad», sin decantarse por posturas «partidistas».
Encabo, que conoce bien el funcionamiento del Consejo Consultivo de Castilla y León como anterior portavoz de Hacienda del Grupo Popular en las Cortes, afirmó que este órgano, en marcha desde abril de 2003, ha hecho un «ingente» trabajo, línea en la que apuntó como reto aunque reconoció que «cada uno da su impronta».
Desde la «ilusión y responsabilidad» al asumir el cargo, reconoció la labor de la etapa anterior y expresó la mejor disposición para contribuir a mejorar la gestión del sector público.
Encabo se unió a la reflexión expresada por la presidenta de las Cortes, María Josefa García Cirac, sobre la utilidad hoy de esta institución ante la «gravísima crisis económica» que vive España y la Comunidad.
«Está más justificado que nunca conocer cómo y en qué se gasta», afirmó, sin entrar en otros asuntos de actualidad ni tampoco en críticas que realizó al Consejo de Cuentas como portavoz del grupo mayoritario. «He refrendado casi la totalidad de los informes, valorando su índole jurídica, no la oportunidad», precisó.
El Consejo de Cuentas de Castilla y León, con sede en la ciudad de Palencia, está formado por tres consejeros, dos a propuesta del Grupo Popular -Jesús Encabo y Miguel Ángel Jiménez- y uno del Grupo Socialista -Emilio Melero-. El mandato de los consejeros es de seis años y el del presidente de tres, que se puede renovar por otros tres.
Procurador del Partido Popular por Salamanca entre 2003-2007, 2007-2011 y reelegido en mayo de 2011, ha sido portavoz de Hacienda y en febrero fue elegido también portavoz adjunto del Grupo Popular.