En dos años han pasado por la Banda Ciudad de Burgos cuatro directores. Sus residencias en otras ciudades o compromisos ineludibles han hecho inestables los objetivos de la agrupación porque con tanto movimiento es difícil que un proyecto se asiente y que músicos y batuta puedan conectar. Ahora, sin embargo, confían en que Héctor Gómez Sorrigueta lleve a buen puerto su idea para la agrupación, que pasa por «elevar el nivel de la banda, incrementar el número de ensayos, afrontar obras de mayor dificultad y hacer actuaciones fuera de nuestro ámbito habitual», en palabras del presidente de la Asociación Impulso Musical, Eugenio Núñez.
La nueva batuta tiene tantas ganas como los músicos de hacer más grande a la banda. Por eso dejó su trabajo en Maastricht (Países Bajos) para atender esta oferta que le trajo de nuevo a España. «Lo vi como una oportunidad», afirma, mientras recalca que su intención es que la Banda Ciudad de Burgos sea la agrupación de referencia. «Trabajaremos para ampliar los horizontes del repertorio, colaborar con otras agrupaciones, aumentar el nivel y hacer proyectos más grandes. Por las capacidades y calidades de los músicos que la integran hay margen de mejora», añade el músico graduado en Dirección de Orquesta y en Trombón, natural de Briviesca y que actualmente trabaja en el Conservatorio de Palencia.
Después de unas cuantas semanas de ensayos y una primera actuación en Haro (La Rioja), este sábado se estrenan en Burgos con el concierto que ofrecen en el Teatro Principal, a las 20:30 horas. Yla elección del contenido es una clara declaración de intenciones. Quieren acercarse a la música contemporánea compuesta para banda sinfónica: «Habitualmente tocamos adaptaciones y arreglos de músicas para este tipo de agrupaciones. Y sin embargo hay obra específica que queremos y podemos tocar», remarca Núñez.
Eso es lo que van a hacer con la Suite Bestiarium, «una propuesta musical innovadora que invita al público a una experiencia inmersiva y cautivadora», afirman. Se trata de una obra compuesta por ocho movimientos, cada uno representando a un animal mediante un enfoque programático, y que han sido escritos por diferentes compositores. De unos cinco minutos de duración, cada movimiento ofrece al oyente una aproximación directa al animal en cuestión gracias a una rica variedad de estilos musicales, efectos sonoros y técnicas orquestales.
Bajo ese concepto sonarán peces tropicales en la visión de Bert Appermont; el baile de la ballena (Philip Sparke); un Tyrannosaurus rex (Ferrer Ferrán); el caracol (Jan Van der Roost); el canguro (Kevin Houben);los simios (Robert W. Smith); la carcoma (Victoriano Valencia), y la mosca (Óscar Navarro).
Los 65 miembros de la Asociación Impulso Musical buscarán también en esta nueva etapa medir sus fuerzas en certámenes internacionales, empezando por los más cercanos como los que se celebran en verano en Aranda o en la localidad zamorana de Benavente.