Responsabilidad y sentimiento

MÓNICA PURAS (SPC) / Burgos
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El Alcázar CD femenino, equipo de nueva creación que milita en la novedosa Regional juvenil-cadete, cuenta con 15 jugadoras que encaran un curso exigente, pero que siguen una hoja de ruta de éxito asegurado

La formación del Alcázar aún no conoce la victoria, pero trabaja duro para que los buenos resultados lleguen pronto. - Foto: Iván López

Ganas, ilusión, ambición y orgullo. Así encara el recién fundado primer equipo femenino del Alcázar CD de Primera División Regional Juvenil-Cadete su exigente estreno, donde 15 chicas, junto a su cuerpo técnico y directiva, asumen la encomiable tarea de trabajar para hacer mejor al club de su vida, que representa a Medina de Pomar y a toda la comarca burgalesa de Las Merindades (Villarcayo, Trespaderne, Quincoces, Espinosa de los Monteros), pero lo hacen y quieren hacerlo paso a paso. 

«Yo también jugué», adelanta la máxima responsable de la entidad, Águeda Barcina, al igual que quien lleva las riendas en el banquillo, Idoia Alda, aunque fue hace más de 20 años bajo la denominación de CF Medinés, «que tuvo una corta existencia de tres temporadas por falta de relevo generacional», aseguran ambas entrevistadas.

El germen estaba ahí. Y aunque en este arranque de temporada que se ha abierto en un horizonte incierto ocupan el 'farolillo rojo' de la tabla (con casi 100 goles en contra, aunque sí que han estrenado el casillero de tantos a favor), el objetivo no es otro que «todas las chicas de la comarca que quieran puedan jugar al fútbol y que disfruten», recalcan. 

La directiva, encabezada por Barcina, que lleva al frente tres años, ya se lo había planteado anteriormente, «y ya las niñas que cumplían edad y no podían seguir jugando con niños nos lo pidieron. Movimos las redes, medios y carteles... y lo consiguieron», relatan.

La plantilla conformada por chicas de entre 13 a 16 años está bien compensada y han hecho un formidable grupo y «eso que algunas no se conocían». Mercedes, Valentina, Fatim Zahra, Andrea, Paula, Ane, Yara, Carlota, Natalia, Ángela, Nadia, Zaira, Noa, Sira, Nagore y Carla entrenan dos veces a la semana en el anexo del CM Jesús María Pereda. 

Captar a chicas no ha sido fácil, puesto que la plantilla es «bastante justa porque somos 15. Una está lesionada que esperemos se recupere pronto y otra no puede jugar aún por el tema administrativo», y están convencidas de que se puede empezar de cero y tarde, «más de la mitad de la plantilla no había jugado nunca, y con 14 o 15 años, una edad complicada, decidirse a jugar es un gran paso, puesto que el handicap que ya ocurrió hace más de 20 años es que las chicas se vayan a estudiar fuera».

La mejoría desde el inicio hasta la décima jornada actual es notable. «El último encuentro contra el Guardo, a pesar de la derrota, hicieron un partido de diez», apunta la entrenadora, que cuenta con  la ayuda de Tania, Blanca Amelia, y los jugadores y preparadores de porteras, Ibai y Richi. 

El entorno que rodea al equipo es admirable, todo un hito. «Están muy volcados y a nivel institucional hemos tenido un apoyo extra de la concejalía de Igualdad. Contamos con dos patrocinadores como Fisio Medina y Dreyky DJ. El ambiente que genera el equipo cuando juega en casa es impresionante», afirman, aunque la entrenadora apunta una 'mancha' negra en algunos desplazamientos y es que «algunos equipos juegan sucio. Insultos y agresiones como coger caucho del suelo y tirárselo a la cara cuando el árbitro no está observando. Además de los gritos exagerados de los entrenadores rivales a sus jugadoras y eso que a nosotras nos golean», lamenta.

«Me llena de orgullo tener un equipo femenino y todo lo que se pueda hacer para ayudarlas e incentivarlas, lo vamos a hacer. Ojalá consigamos hacer más formaciones de base», asegura la presidenta e insta a quitar el miedo o la vergüenza a las chicas.  

Un salto de nivel que se está ganando con creces el Alcázar es «ganar algún partido este curso». Las sensaciones son buenas.