El patrón general de crecimiento de Castilla y León entre 1995 y 2021, como el del conjunto nacional, se apoya «mucho más» en el aumento de las cantidades de trabajo y capital empleadas que en las mejoras de la productividad. Es la principal conclusión del Observatorio de la Productividad y la Competitividad en España elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), donde se precisa que en el periodo de estudio, el Valor Añadido Bruto (VAB) de la Comunidad, creció una media anual del 0,97%, con una aportación del trabajo (cantidad y calidad) de 0,45 puntos anuales y del capital de 0,73, frente a un retroceso de 0,21 puntos de la productividad total de los factores (PTF), que es el indicador que emplea el documento para medir la eficiencia productiva al relacionar la capacidad del empleo de aprovechar el capital.
El informe sitúa el crecimiento medio del VAB para el conjunto de las autonomías entre 1995 y 2021 en una media anual del 1,68 puntos porcentuales, con una aportación del trabajo de 1,41 y del capital de 0,84, mientras que el PTF fue negativo en 0,57 puntos de media anual. Es decir, la situación es generalizada para la economía española. El documento sitúa el VAB de Castilla y León en los 49.312 millones en 2021, lo que supone un crecimiento acumulado desde 1995 del 25,2%, muy por debajo de la media para el conjunto de las autonomías del 43,58% (1.012.334 millones). El VAB de la Comunidad supuso el 4,82% del total nacional.
El VAB per capita de la Comunidad se situó en los 20.727 euros, lo que representa un crecimiento acumulado desde 2015 del 30,81%, por encima del 26,05% de la media. Esto es posible pese a un menor crecimiento global del VAB, porque Castilla y León acumuló un descenso poblacional del 5,61%, cuando en España los habitantes aumentaron un 17,53%.
La economía basó su avance en el trabajo y no en productividad - Foto: FS ICALEl documento recoge algunas características para explicar la mala evolución de la productividad en el territorio nacional. Una destacable a nivel regional apunta a las diferencias entre las ocupaciones altamente cualificadas de la Comunidad y los titulados superiores trabajando, con porcentajes contrastados de poco más de 30% frente a cerca del 45%, respectivamente, con cifras de 2022. Asimismo, el análisis sitúa a Castilla y León como la Comunidad autónoma con mayores excesos de oferta y menor aprovechamiento del capital residencial, aspecto en el que se precisa que las viviendas vacías alcanzan el 20%; y éstas sumadas a las secundarias rondan el 45%.
Cuatro periodos distintos
El estudio recogido por Ical, diferencia cuatro periodos económicos en Castilla y León entre 1995 y 2021 y la evolución en cada uno de ellos del PTF. En concreto, el primer subperíodo, los años iniciales de la expansión, entre 1995 y 2007, con el 'boom' inmobiliario, la productividad fue negativa en -0,11 puntos, mejor que el -0,7 de España, porque creció más el empleo de factores que el VAB. Tras estos años expansivos, llegó la gran recesión financiera, entre 2007 y 2013, cuando se profundizó en la pérdida de eficiencia en la economía, hasta -0,61 puntos, frente a los -0,75 del conjunto nacional. «Se destruye empleo y la inversión se frena bruscamente, pero sin detenerse la acumulación de capital», indica.
La recuperación tras ese periodo, entre 2013 y 2019, supuso entrar en positivo, con una tímida aportación de la productividad de 0,02 décimas, por debajo de las 0,31 en el conjunto de las autonomías. Por último, entre 2019 y 2021, llegó la covid-19, que generalizó las tasas negativas de nuevo por «las consecuencias para la eficiencia de mantener inactiva parte de la capacidad productiva». Castilla y León fue la autonomía que menos sufrió esta situación, y el PTF fue de -0,30 puntos, muy lejos de la media nacional de -1,89. Con todo, «se consigue volver al crecimiento de inmediato».
El estudio resume que las trayectorias de los factores productivos y de la productividad del trabajo y el capital son así «decisivas para la evolución del valor añadido de las economías y el bienestar material de los países».