Mientras mi cuerpo huesudo y frágil se retuerce de dolor entre las sábanas de mi cálida cama, mi mente quisiera evadirse dos constelaciones más allá para intentar separar la carne terrenal del espíritu y conseguir con ello sentir un poco de sosiego y descanso aunque fuera efímero, solo pido unos segundos de paz, una pequeña tregua.
Se apaga febrero, ya ha ardido bastante, tan solo le queda una pequeña llama añadida en este año bisiesto. Con él se van vidas humanas que nunca debieron irse, sueños truncados, almas devastadas por el capricho del destino; ese que yo no entiendo por más que lo intento, son demasiadas cosas las que no tienen sentido. Demasiada destrucción.
Mi febrero también ha sufrido un apagón y me ha roto un poco el corazón. Y aquí, una vez más, me encuentro sosteniendo con mis pequeñas y doloridas manos esa caja de tiritas que he tenido que usar en varias ocasiones para tapar las heridas de la vida y poder seguir adelante.
Tú, febrero, mes en el que hemos celebrado el día contra el cáncer, eres también testigo de mi adiós a la que ha sido mi segunda casa durante casi dos décadas, mi querida radio Onda Cero. Febrero y cáncer. Mi cáncer y mi radio. Las dos cosas no han podido ser compatibles por más tiempo.
Hoy me quiero despedir de mi querida radio pero no de manera triste sino todo lo contrario. Me llevo conmigo cientos de momentos maravillosos y un carnet de familia numerosa. Si tuviera que definir todo este tiempo con una sola palabra, sin duda la palabra elegida sería la magia. Porque eso ha sido siempre en cada entrevista, en cada programa, en cada momento, como lo fue aquella canción que compuso mi gran amigo y tertuliano de Escaño Cero Nacho Camarero, en aquella tarde de celebración de un mes de mayo y que unos días después, con su guitarra en mano, se atrevió a cantar en directo para todos los oyentes y que decía así: De la mañana los medios y de los medios la radio, y de la radio Onda Cero y de Onda Cero la jefa, y de la jefa su gente y de su gente Melcón, y de Melcón la tertulia y de la tertulia, yo.
Gracias por tanto. Os voy a echar mucho de menos.