Diego Ocampo, entrenador del Grupo Ureta Tizona, no se ha querido salir ni una sola de vez del guión y ha repetido desde el inicio de la temporada que el objetivo de su equipo era llegar a las 14 victorias que virtualmente dan la permanencia en la LEB Oro. Daba igual que estuviera codeándose con los mejores de la categoría y que mirara al descenso desde una distancia muy lejana. El técnico gallego ya tiene en el zurrón su preciado botín y, a partir de ahora, es el momento de soñar con cotas más altas.
La campaña del Tizona está siendo espectacular. Ocupa la tercera plaza y se encuentra a tres triunfos del liderato, así que ya ni cotiza que va a ser uno de los ocho integrantes del play off de ascenso a la Liga Endesa. Los 14 triunfos le dejan con un margen de 9 sobre los puestos de descenso con 14 partidos por jugarse y tiene un colchón de 6 respecto al décimo clasificado, que no entraría en el play off.
Pero no son solo los números los que invitan al optimismo en el Tizona, sino la regularidad y la fe en una filosofía de juego que está ejecutando a la perfección. Sin ir más lejos, la jornada pasada barrió de la pista al Gipuzkoa Basket, un equipo que tumbó al San Pablo y que estuvo a punto de doblegar al Estudiantes.
Ese último compromiso es una demostración más de que, al igual que su apabullante victoria en el derbi local, los pupilos de Ocampo son claros candidatos a entrar en el play off y, a buen seguro, nadie querrá cruzarse con ellos, menos si tienen el 'factor cancha' a favor.
Además, los burgaleses juegan con la 'tranquilidad' de haber colmado sobradamente las expectativas para un recién ascendido y no tendrán la presión de otros proyectos obligados a ascender o cuyo objetivo mínimo es colarse entre los 9 primeros. Dicho esto, al Tizona todavía le quedan choques complicados y se dejará partidos por el camino, pero parece difícil que se le pueda escapar el play off, lo que supone un éxito rotundo para un recién llegado a la LEB Oro.