Poza estalla de salero

S.F.L. / Briviesca
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La plaza Nueva de la villa acogió a vecinos y veraneantes que no quisieron perderse el acto inaugural de San Cosme y San Damián. No faltaron sonrisas, lágrimas ni tampoco la música en la primera jornada festiva

Las cuadrillas de Poza de la Sal participan activamente en la organización de muchos de los concursos y actividades incluidas en el programa de las fiestas patronales, pero también del resto del año. - Foto: S.F.L.

Los banderines de colores que adornaban las calles principales, los pañuelos que rodeaban los cuellos de los vecinos y la indumentaria tradicional de las peñas que vestían muchos de ellos dejaban claro que uno de los momentos más deseados por los pozanos había llegado. Los nervios y remates de última hora dieron paso a la alegría por celebrar un año más la festividad en honor a San Cosme y San Damián, y a pesar de que el acto inaugural -uno de los que más lágrimas genera entre el público- cayera en martes, muchos fueron los que no quisieron perdérselo. Reunidos por familias o grupos de amigos, unos emocionados, otros abrazados y otros entre risas, los asistentes se concentraron a las 19 horas en la plaza Nueva para no perder detalle.  

A golpe de instrumento y con la ilusión que generan estas fechas, los componentes de la Banda Municipal de Música desfilaron por el casco histórico mientras que sus seguidores les acompañaban entre cánticos y bailes. Una vez que alcanzaron el lugar desde el que partieron, el alcalde, Domingo Núñez, se dirigió a su gente desde el balcón del Conjugadero y entre vítores y aplausos dedicó un mensaje de agradecimiento a sus convecinos, a los que animó a «salir a la calle, llenar las plazas y los numerosos rincones de la villa para compartir la alegría y la diversión con respeto, tolerancia y saber estar». A continuación, tocó entregar las correspondientes bandas a los reyes, Julen Sinovás y Elena Bustinza, las damas, Alejandra López y Ainhoa Gutiérrez, y los representantes infantiles, Oier Romero y Yaira Bárcena, que confesaron sentir «algo de nervios».

La plaza explotó de alegría y aunque parecía imposible, José Luis Cuevas, conocido entre sus paisanos como Charly, tuvo la capacidad de hacer desaparecer el bullicio antes de pronunciar una palabra. Tomó el micrófono, se asomó para dejarse ver «en uno de los momentos más significativos de su vida» y agradeció al nuevo equipo de gobierno el detalle de haberle propuesto como pregonero de su villa coincidiendo con su jubilación. «Han sido muchos los años trabajados por y para los vecinos, primero como concejal y luego como empleado, con la ilusión de hacerlo por mi pueblo», comentó. Tras un recorrido por sus recuerdos más presentes y coger aire para lanzar un ¡viva Poza! que escucharon desde la carretera al que los espectadores respondieron todavía con más garra, prendió el chupinazo y la corte real arrojó bolsas de patatas.

Los músicos locales amenizaron el ambiente en las calles e interpretaron varios temas, mientras que las cuadrillas se iban saludando y brindando. Después, la música más actual sonó por los altavoces hasta la hora de cenar. Las tómbolas y barracas se pusieron en marcha por suerte para los más pequeños y el primer toro de fuego abandonó el abrevadero dispuesto a hacer sudar a más de uno antes de cenar. La energía perdida en las carreras pronto se recuperó en la tradicional cena de patatas en la plaza Vieja. Para hoy y hasta el domingo, más fiesta y diversión. 
 

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