Mucho más que un refugio de pastores

R.E.M. / Burgos
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Revilla del Campo une a varias generaciones a través de la albañilería con el fin de recuperar un espacio para resguardarse en pleno monte

El antiguo refugio de pastores estaba destrozado y los vecinos han colaborado para levantarlo piedra a piedra. - Foto: DB

Unir a varias generaciones y recuperar espacios del entorno. Los vecinos de Revilla del Campo llevan tiempo trabajando en el arreglo de las fuentes del monte y su última iniciativa se ha centrado en levantar un antiguo refugio de pastores situado cerca de las lagunas, a unos cinco kilómetros del pueblo. Pero esto supone mucho más que una simple construcción, ya que los vecinos se han conocido  mejor y varias generaciones han podido estrechar lazos.

«Estaba caído desde hace muchos años, pero quedaban las piedras y todo. Llevábamos unas siete fuentes recuperadas y decidimos meternos con esto del refugio, que era algo bastante más grande», explica Héctor Martínez, uno de los impulsores de la iniciativa. «Quedaba poco en pie porque fue un derrumbe, pero toda la piedra había quedado allí. Había que sacarlo todo y volver a reconstruirlo», desarrolla, por lo que eso les ha permitido llevarlo a cabo con el mismo material que el original. Empezaron a mediados de septiembre y los fines de semana, poco a poco, han ido ejecutando la obra. Ya está completamente terminado el inmueble y quien lo desee lo puede utilizar.

Una de las cosas más bonitas ha sido esa convivencia entre los vecinos. «Yo me he empezado a relacionar con gente más mayor con la que igual antes ni hablabas...», menciona Héctor, que destaca la labor de la Asociación Ribulus y del Ayuntamiento para desarrollar el proyecto. Los consejos de Marcos, Carlos, Jesús y compañía han resultado claves para poner en pie este refugio, algo que para los jóvenes también ha supuesto un verdadero curso de albañilería. «Nos ha unido mucho como pueblo», dicen en Revilla del Campo, donde creen que acciones así sirven para luchar contra la despoblación.

Se ha colocado una puerta, una ventana y hasta una mesa en el exterior para todo aquel que quiera pasar allí el rato. «Está abierto para todo el mundo, incluso para dormir. Puede que sirva a aquellos que les gusta ir a la montaña y quieren pasar las noches fuera...», explica Héctor. El gran sueño de levantarlo está conseguido y ahora solo esperan que dure muchos años.

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