Tras la apertura del Mercado Norte provisional el pasado 17 de octubre, llega la hora de derribar el antiguo edificio situado entre las plazas de España y Hortelanos. Finalmente será Construcciones y Excavaciones Erri Berri la que lleve a cabo los trabajos, la misma empresa que en su día redujo a escombros el antiguo Hospital General Yagüe y que dejó toneladas de residuos enterrados en el subsuelo lo que generó un gran problema del que ahora tendrá que hacerse cargo la constructora que adquiera la parcela.
La firma navarra se ha impuesto a los otros nueve licitadores que pujaban por el contrato aunque solo seis pasaron a la segunda fase. Su plica fue la que mejor puntuación logró en los juicios de valor (memoria, vallados, planificación, accesos, desvíos...) y también en el precio ofertado, 435.600 euros frente a los 740.242 de la licitación. Precisamente, la baja del 41,15% hizo que la mesa de contratación pidiera una justificación de la oferta, lo que la empresa hizo en tiempo y forma y se firmó la adjudicación. La firma presentó una amplia memoria justificativa motivando la rebaja en base a la gestión y reciclaje de los residuos valorizables.
El pliego de condiciones establecía un plazo de ejecución de cuatro meses. La idea es que los trabajos se inicien tras las fiestas de Navidad para no interferir en unas fechas tan señaladas, de modo que si nada se tuerce la ejecución del derribo será una realidad en mayo. El concejal de Urbanismo, Juan Manuel Manso, no descarta que la empresa pueda concluir la obra antes de la fecha. También anuncia que el Ayuntamiento estará «vigilante» para que no ocurra como en el solar del Yagüe, donde los escombros sin tratar quedaron enterrados en el subsuelo. «Vigilaremos que se cumpla escrupulosamente el contrato», señaló.
El proyecto del derribo, elaborado por AUArquitectos y AJO Taller de Arquitectura, se ha dividido en cuatro fases y para garantizar la seguridad de los viandantes se levantará un muro perimetral, que durante las primeras semanas será móvil. Además, no se descartan desvíos peatonales de forma puntual mientras duren los trabajos. Desde el primer momento quedará inutilizada la zona de estacionamiento regulado por la ORA de la plaza Hortelanos, una circunstancia ya asumida desde hace meses y que eliminará un centenar de plazas de aparcamiento en superficie en el centro de la ciudad. Allí se habilitarán sendos espacios reservados para el acopio de materiales. El vallado de la obra se plantea que pueda mantenerse durante varios años una vez terminada la demolición mientras se inicien los trabajos de la nueva construcción e, incluso, que sirva como vallado de la obra nueva al menos hasta que se inicien los trabajos de urbanización perimentral.
El cerramiento tendrá dos metros de altura, será de bloque de hormigón con 20 centímetros de espesor y con acabado en pintura y dispondrá de un remate en la parte superior. Tendrá dos puertas de acceso de maquinaria y otra para el acceso peatonal en la calle Hortelanos. El vallado perimetral del edificio frente a la plaza España podrá ser móvil para desplazarlo una vez demolido el soportal (zona de columnas) para la ejecución del muro definitivo.
(Más información, en la edición impresa de este jueves de Diario de Burgos o aquí)