La decimocuarta edición del Encuentro de la Calzada Romana de Italia in Hispania organizado por asociaciones culturales de Briviesca, Quintanilla San García y Cerezo de Río Tirón, atrajo ayer a un total de 168 participantes que no dudaron en vestirse de romanos y autrigones para la ocasión. El programa arrancó a las 9 de la mañana con salida andando hacia el término de Carraquinea desde las tres localidades citadas. Una vez llegados al punto de encuentro, se celebró un almuerzo. Allí, cayeron unas gotas de agua que no estropearon el buen ambiente.
Seguidamente, se continuó con la marcha hasta Quintanilla San García donde hubo una comida de hermandad a las 15 horas. A las 17 horas, se hizo un recorrido histórico por el pueblo visitando el Mirador de San Andrés, recientemente recuperado. Juan Busto y Basilio Vesga, dos de los organizadores del evento, resaltaron el buen ambiente de la decimocuarta edición del Encuentro de la Calzada Romana de Italia in Hispania y señalaron que había contado también con participantes llegados desde La Rioja y desde la capital burgalesa. «Estamos satisfechos porque volvemos a comprobar que este evento se consolida año a año como una jornada festiva y de convivencia con la que ponemos en valor un itinerario cultural que nos dejaron nuestros antepasados», afirmaron Busto y Vesga. En el apartado de reivindicaciones, apostaron por reclamar mejoras en los accesos de la vía y un nuevo acondicionamiento de la zona de Carraquinea. La calzada romana entre Briviesca y Cerezo de Río Tirón mide 17 kilómetros y pertenece al trazado denominado De Italia in Hispanias, que partía de Milán y finalizada en León. Por ella, llegó a transitar el propio Augusto para participar en las guerras cántabras. Su importancia estratégica fue enorme, ya que por ella se transportaba el oro de las minas ubicadas en el noroeste de Hispania (además de trigo, lana, vino y otros productos) hasta Roma.
La importante ciudad romana de Virovesca (actual Briviesca) era un punto vital en las comunicaciones del norte de la Hispania Romana. Aquí se unían la calzada de Italia a Hispania con la calzada procedente de Burdeos o Vía Aquitana o también llamada Vía de Bayona. La calzada romana, fue utilizada, durante la Edad Media por diversos pueblos como vía de penetración en la península, desde los bárbaros hasta las incursiones árabes utilizándose posteriormente como camino de peregrinación por los cristianos. Desde la Época Moderna, muchos tramos de la vía fueron aprovechados como Cañadas Reales, para la transhumancia del ganado.
Señalización.
Actualmente, el tramo burebano de la calzada cuenta con señalización de tres tipos: la que indica los accesos, los paneles interpretativos en los que se explican la historia de las calzadas romanas y, por último, los miliarios. Éstos últimos eran unos mojones de época romana que indicaban la distancia hasta la próxima ciudad importante. Contaban con una inscripción en latín en el que podía aparecer el nombre del emperador que ordenó su construcción, el de la ciudad y una cifra que indicaba la distancia en millas.
La iniciativa de poner en valor este tramo de la Vía de Italia in Hispania se puso en marcha tímidamente pero con mucha ilusión allá en el verano de 2001 con el primer encuentro de la calzada. Más adelante, en 2004, el grupo de Acción Local Adeco Bureba asumió el reto de la puesta en valor de la vía y en 2008 logró culminar su señalización. Con una inversión de 150.000 euros procedentes de los fondos Prodercal se realizaron prospecciones arqueológicas para destapar la vía para que quienes la recorrieran puedan contemplar los elementos constructivos de la misma, se crearon zonas de recreo y se construyó un puente. Actualmente, la calzada es un potente reclamo cultural de La Bureba.