Las dos modificaciones que planean sobre la actual fisonomía del estadio de El Plantío van a conllevar, sí o sí, una rescisión del contrato de concesión con el Burgos CF. Tanto la construcción de la nueva tribuna como la ampliación de los usos no deportivos del campo de fútbol requerirán la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Y ambos cambios introducen novedades de tal calado en la infraestructura que el Ayuntamiento se va a ver obligado a cancelar el acuerdo con el club burgalés para, después, abrir un nuevo proceso al que podrá concurrir cualquier operador, no solo el Burgos CF.
En resumen: cualquier cambio del estado actual de El Plantío implica la rescisión del contrato de concesión firmado en 2021 con el Burgos CF, por el cual la entidad tiene derecho a explotar el campo de fútbol a cambio de un canon de 67.000 euros al año que paga al Ayuntamiento.
La anulación del contrato vigente es requisito obligatorio para acometer ambas modificaciones, pero también acarreará un doble riesgo. El primero, para el propio Consistorio, puesto que tras la rescisión y hasta que se firme una nueva concesión, el estadio pasará a manos del Ayuntamiento. En ese ínterin, si la Liga exige al club inversiones para nuevas medidas de seguridad o de cualquier otra clase, deberá ser el Consistorio el que cargue con los gastos. De manera que para evitar esta situación se impondrá la necesidad de que la Administración local y el Burgos CF firmen un convenio temporal por el cual la entidad se comprometa a ejecutar esos posibles desembolsos. Y habrá que rezar por que esa situación de provisionalidad no se alargue demasiado si los expedientes urbanísticos se atascan por cualquier circunstancia. No hay que olvidar que la Junta de Castilla y León tiene voz y voto a la hora de dar el visto bueno a los estudios de detalle y proyectos.
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