Todas las entidades locales menores, municipios, mancomunidades y diputaciones de Castilla y León están obligadas por ley a informar y justificar cómo han gestionado los fondos públicos y los resultados económicos obtenidos ante el Consejo de Cuentas. Sin excepción. Aunque el grueso cumple, siempre hay quienes no las presentan en tiempo o quienes, directamente, no las entregan.
Ese ha sido el modus operandi del Ayuntamiento de Ciadoncha, en la comarca del Arlanza, que en el periodo que va de 2003 a 2022 tan solo ha presentado el balance en una ocasión. Fue en 2012, cuando el actual alcalde, Juan Antonio Arlanzón, era otro vecino más de este pueblo de apenas 75 personas empadronadas.
Es ahora, a finales de 2024 y con el plazo para dar fe de las cuentas del 2023 ya concluido -aunque se pueden seguir presentando fuera de plazo- cuando el regidor ha firmado el decreto para su envío al Consejo de Cuentas. «Ya era hora», reconoce Arlanzón, que apunta que sus primeros compases al frente del pueblo han sido «un suplicio» por la falta de información económica.
Este joven agricultor se puso como objetivo nada más auparse a la alcaldía el cumplimiento de esta obligación. Al primer intento, rendir las del 2022, le fue imposible por la falta de tiempo, aunque desde el pasado enero se puso manos a la obra para que las del 2023 sí llegaran.
Para ello ha tenido que contratar a una gestoría que le ayude a ordenar todos los documentos. «Antes no se hacía por pura desidia. Me encontré un marrón y he tratado de solucionarlo como he podido», admite el alcalde, que espera que una vez que se aprueben el funcionamiento del consistorio pueda ser el normal.
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