La iglesia de Fuenteodra celebraba el pasado mes de septiembre su salida de la Lista Roja de Hispania Nostra y pasaba al color verde después de tres años de restauración. Apenas cuentan con siete vecinos empadronados en el pueblo, pero el exitoso esfuerzo de la Asociación Cultural Manapites para sacar de la ruina a la Dama de las Loras ha merecido la pena. Y la mayor alegría ha llegado hace tan solo unos días con la celebración de un bautizo 36 años después del último.
Adrián Marlasca Corralejo estrenaba el pasado 23 de diciembre la 'nueva' iglesia de San Lorenzo Mártir y sus padres, Fernando y Rebeca, expresan el orgullo que significó para todo el pueblo el hecho de que regresaran de esta forma los actos religiosos. La parte donde se localiza la pila bautismal todavía se encuentra muy deteriorada, «con bastante riesgo de caerse y pendiente de que la arreglen». De esta forma, se desarrolló en la zona delantera, donde se ubicaría el retablo -que no está puesto-, y por ello llevaron de casa una palangana antigua que se utilizaba para lavarse y que era típica del lugar.
«Es el pueblo de mi padre y el último bautizo que hubo allí fue el de un primo suyo que tiene ahora 36 años», explica Rebeca, que le hacía especial ilusión celebrar la gran ceremonia de su niño allí. A su hija mayor la bautizaron en el pueblo de su pareja, Quintanilla Escalada, y en esa ocasión lo realizaron en la ermita debido a que la iglesia también se encontraba en muy mal estado de conservación. De esta forma, pensaron que al igual que se han realizado exposiciones también se trataba de una fantástica oportunidad para desarrollar este bonito acontecimiento.
La zona de la pila bautismal está en mal estado, por lo que llevaron una palangana. - Foto: DBLes echaba un poco para atrás que tenía que celebrarse sí o sí en el mes diciembre, ya que la hermana de Rebeca reside en Mánchester. Al final se animaron a dar el paso y les salió un día estupendo. No faltó ni el sol entrando por las ventanas e iluminando todo el templo. «De hecho, al evento acudieron todos los vecinos del pueblo, que ese día eran cuatro», comentan los padres. Y al quedar muy lejano cualquier restaurante optaron por continuar con la comida y la fiesta en el mismo pueblo. Asistieron unos 25 invitados, por lo que también se convirtió en uno de los días que por allí vieron más cantidad de coches aparcados por las calles.
Uno de los aspectos más curiosos fue que durante la misa contaron con la presencia de dos curas diferentes. Al párroco de la zona le hacía una gran ilusión, ya que «no está acostumbrado a ver bautizos y como mucho por aquí tiene entierros». Y junto a él se encontraba un primo de Rebeca, que es cura en Quintanar de la Sierra. Además, hubo dos madrinas.
El pasado mes de septiembre se celebraba una gran fiesta tras conseguir «salvar» la iglesia de San Lorenzo Mártir, aunque entre los próximos grandes retos se encuentra el finalizar su restauración y poner en marcha un proyecto cultural para darle una «segunda vida» a este monumento. Como avanzó este periódico, está previsto realizar un tercer crowdfunding con el objetivo de actuar en la torre y culminar así la intervención.
Además, confían en que al darle un uso como el de este bautizo al templo también anime a las administraciones y a la gente a seguir ayudando económicamente a este proyecto. «Están muy contentos por ver si después de esto se consigue terminar la iglesia y en el futuro se pueden hacer más cosas, ver que todo lo que se ha avanzado sirve para algo siempre resulta positivo», afirma la pareja, que demuestra su gran amor por el medio rural burgalés.
Y entre las personas más felices por este evento se encuentra Javier Maisterra, presidente de la Asociación Cultural Manapites. «Le mandé la foto al vicario general y a la gente de Diputación, que se han emocionado tanto o más que a nosotros», expone. «Esto permite restaurar la vida social de un pueblo y de una comarca, a la vez que se vuelve a sus valores tradicionales», asegura, mientras deja claro que de este modo se evidencia la necesidad de continuar apostando con fuerza por la Dama de Las Loras. Todo el dinero que se ha invertido hasta ahora en el lugar ha generado sus frutos y eso garantiza un futuro prometedor.
«La iglesia siempre será un lugar sagrado, independientemente de que ya no va a tener el uso de hace un siglo con misa los domingos, pero habrá culto cuando resulte necesario más allá de convertirse en un punto de encuentro social y una sede asociada al Geoparque», argumenta Maisterra, que confía en que en pronto lleguen más celebraciones litúrgicas al templo y que los vecinos encuentren siempre ahí su parroquia.