Burgos no ha entrado en los primeros planes para el desarrollo del hidrógeno renovable (H2) en España en el horizonte de 2030. Ni cuenta, por ahora, con un proyecto de valle del hidrógeno (para generar, distribuir y consumir este gas en el territorio) apoyado por los fondos europeos Next Generation, ni se encuentra entre las provincias con mayor potencial estimado de generación de esta energía verde y, sobre todo, de consumo. Fruto de todo ello, los grandes ejes de distribución de la futura Red Troncal Española de H2 a través de gasoductos diseñada por Enagás no pasan por nuestro territorio, al menos, en una primera fase.
El diseño del esbozo de este primer mapa fue presentado recientemente por el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, durante la celebración del Día del Hidrógeno. Enagás es un referente para tener en cuenta pues esta compañía es el gestor técnico del sistema de gasoductos que distribuyen el gas natural en España (cuyo eje central pasa por Burgos), el mismo sistema que se utilizará en el futuro para distribuir hidrógeno verde a nivel continental una vez transformados en hidrogenoductos.
El H2 es, hoy por hoy, una de las alternativas energéticas más viables y limpias para consecución del objetivo de una UE climáticamente neutra en el horizonte de 2050. Asimismo, la apuesta por este gas renovable, que este año contará con el esperado marco regulatorio en Europa, reforzará la competitividad de las empresas del continente y la independencia energética y la seguridad en el suministro frente a situaciones como la creada por la guerra de Ucrania.
Burgos no entra en el primer mapa nacional del hidrógeno verdeEn esta estrategia, España juega un papel importante por su alto potencial de generación de energía renovable (eólica y fotovoltaica) para producir hidrógeno, por su capacidad industrial y por su posición geográfica.
La red de gasoductos que recorren su territorio también es fundamental, pues transportar hidrógeno por tubo a largas distancias es entre 2 a 4 veces más barato que transportar electricidad a través de líneas de alta tensión para la producción de hidrógeno en los países de destino. Además, no hay pérdidas en el transporte y las infraestructuras necesarias son soterradas, lo que causa un menor impacto medioambiental.
Partiendo de estas ventajas, los primeros estudios de mercado, detallados por Arturo González hace unos días, estiman que Europa consumirá 20 millones de toneladas de H2 en el horizonte de 2030 (en 7 años), la mitad de las cuales se generarán en territorio europeo.
España y Portugal cuentan con un gran potencial de producción para su destino a la exportación, una vez cubiertas las respectivas demandas nacionales.
Partiendo de esta demanda europea, Enagás ha mapeado los que prevé que serán los grandes centros de generación y de demanda de H2 en territorio nacional para interconectarlos a través de su red de gasoductos.
En ese esbozo de mapa se han tenido en cuenta los proyectos más avanzados para el desarrollo del H2 en los que participa Enagás, que se localizan en Asturias (Green Crane, HyDeal), Vizcaya (E-fuels), León (La Robla, Latem), Zaragoza (Aragón Hub, Cabezo), Teruel (Catalina), Tarragona, Badajoz (Lithium Mine Extremadura), Cartagena, además de los que se impulsan en Baleares y Canarias. Burgos está en la carrera por crear su valle del hidrógeno, pero el principal distribuidor y transportistas de gases de España no lo contempla, por ahora.
Enagás cifra en entre 2 y 3 millones de toneladas la producción estimada de H2 en España a través de energías renovables (eólica y solar) para 2030, cifra que se elevará a entre 3 y 4 millones de toneladas una década después.
El potencial de demanda del país en 2030 se estima en 1,3 millones de toneladas, consumidas en una primera fase por las industrias de difícil descarbonización (refinerías, químicas, siderurgia, cerámicas...). Así, y sin contar con la potencial demanda adicional del transporte pesado (barcos y camiones), España podría destinaría más de 2 millones de toneladas a la exportación hacia el resto de Europa, canalizadas a través del corredor marino que conecta con Francia (el BarMa, que une Barcelona y Marsella con un tubo de 455 kilómetros) y por los puertos marítimos.
Ejes. La primera etapa de la futura Red Troncal Española de H2 que perfila Enagás contempla 7 grandes ejes de transporte en el horizonte de 2030, a los que se sumarán 5 más en 2040. Ninguno de estos tubos atraviesa por Burgos, pese a ser un enclave estratégico en la red de gasoductos que abastece de gas natural al país.
Entre los 7 primeros ejes, 4 de ellos conectan puntos de alto potencial de producción de H2 con demanda no cubierta localmente: el H2Med (BarMar-CelZa) que une Portugal (Celorio da Beira) con España a través de Zamora (248 kilómetros de tubo), así como el mencionado de Barcelona y Marsella; el eje Vía de la Plata; el de la Cornisa Cantábrica y el del Valle del Ebro.
Tres ejes conectarán los denominados Valles del Hidrógeno por garantía de suministro: el de Puertollano, el Eje de Levante y la conexión Coruña-Zamora.
En el horizonte 2040 se contemplan las conexiones desde Irún y Larrau con Francia, el mallado de la zona centro peninsular (Huelva-Córdoba-Madrid-Navarra) y la infraestructura que garantice las exportaciones e importaciones del Norte de África y de Europa, ahora cuestionadas por las tensiones geopolítico en el Sáhara Occidental entre Marruecos, Argelia y España.
Asimismo, a la red se conectarán los dos grandes centros del almacenamiento de H2 de Cantabria, País Vasco y el de Yela.
«Todo estos proyectos están sujetos a la planificación que hará el Gobierno de España y a los análisis de coste-beneficio de cada caso», subrayó en su presentación el consejero delegado de Enagás.
Inversiones. El ambicioso proyecto para el desarrollo del H2 se fundamenta en la gran sinergia de la red gasista actual con el futuro mapa del hidrógeno. Hasta un 80% del trazado coincide y lo que quedaría por construir son las conexiones internacionales y la unión con los valles de hidrógeno. Actualmente, más del 30% de los tramos de gasoductos son reutilizables, porcentaje que alcanzará entre el 60 y el 70% de la red en el futuro.
Todo ello posibilitará el reemplazo del uso del gas natural por el H2 el mix energético nacional.
Enagás baraja un calendario de inversiones sincronizado con las ayudas europeas para el desarrollo de esta energía renovable, en coordinación con los planes del Gobierno, que se irán detallando este año, y los de los países vecinos implicados en las conexiones internacionales de la red.
Las dos uniones por tubería con Portugal y Francia, de 248 y 455 kilómetros, respectivamente, se han presupuestado en torno a los 2.500 millones de euros, 2.135 de los cuales se destinarán al hidrogenoducto con Francia y 350 al de Portugal.
Para los grandes ejes nacionales se prevén 3.500 millones de euros, mientras que la construcción de las zonas de almacenamiento en cavidades salinas de H2 en Cantabria y País Vasco se han presupuestado en 580 y 590 millones.
Son, matiza el primer directivo de Enagás, inversiones máximas estimadas que aún requerirán de estudios en detalle. En total, cerca de 7.000 millones de euros que se empezarán a activar en 2026. Antes serán necesarios muchos estudios técnicos y de mercado para definir exactamente las necesidades.
«España reúne las condiciones para convertirse en el principal hub de H2 renovable de Europa, un esfuerzo que tiene que manejar muchos aspectos novedosos desde el punto de vista de la tecnología, los desarrollos de ingeniería, de la financiación, de la regulación, de los nuevos modelos de negocio y de la colaboración de todos».