La ejecución de la reforma integral de la calle El Cid en el tramo comprendido entre Ramón y Cajal y Arenal, que durará unos dos meses, comenzó ayer y los comercios están ansiosos por ver el resultado. Elisa Calvete, de Versus, reconoce estar «encantada» al tratarse de una inversión que «hace falta», ya que «va a quedar espectacular» mientras que ahora «es una zona con poca luz y poco espacio para los peatones». Prácticamente lo mismo opina la propietaria de Chic, Luz Bartolomé, quien apunta que «no se pueden tener aceras tan estrechas, esto es una ciudad y las calles amplias le dan otro aire».

Bartolomé reconoce que «ya sabemos lo que son las obras», pues traen ruidos, polvo e incomodidad. Sin embargo, cree que «hay que pasar por ello para que las cosas queden bien». Una perspectiva similar tiene Yolanda Pacheco, de Kiara. En su caso, comenta que la reforma en la calle Arenal ha mermado sus ventas en los últimos tiempos porque «ha entorpecido bastante», aunque recalca que esa intervención y la de El Cid «compensarán», dado que «en verano lo veremos todo terminado y nos alegraremos».

La satisfacción será aún mayor porque el diseño de la reforma se ajustará a las demandas de los propios comerciantes de la calle El Cid. Bartolomé recuerda que «va a ser semipeatonal, fue la opción elegida». Según cuenta, en su momento no gustó la idea de que volvieran a instalarse «aparcamientos en ambos lados», puesto que se mantendría la estrechez de las aceras. En cambio, ahora que sabe que habrá un amplio espacio para viandantes, sentencia que «la zona va a ganar mucho, además sin que impida pasar a los coches, que por algún sitio tienen que pasar».