Investigado como sospechoso de 8 incendios en garajes

I.E. / Burgos
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La Policía Nacional envía al juzgado un atestado en el que el principal señalado por los 2 fuegos del aparcamiento de María Moliner (Villímar) es un vecino del edificio. Además, lo vinculan a hechos similares en el G-2 (en 2008) y Plaza Roma (2020)

Este año regresó el fuego a este garaje de Villímar (c/ María Moliner). Y por partida doble. En el primero resultaron calcinados 5 automóviles y el edificio se quedó sin agua porque las bajantes quedaron destruidas. En el segundo ardió un coche.

Dos incendios en el mismo garaje comunitario y en el mismo mes activaron todas las alarmas en la Comisaría. No podía tratarse de dos accidentes, aunque no aparecieran pruebas de que fueron provocados.  El primero de ellos tuvo lugar en la madrugada del domingo 4 de febrero de este año, en un aparcamiento subterráneo del barrio de Villímar, en la calle María Moliner. Cinco coches ardieron, muchos más resultaron dañados y el edificio se quedó sin agua. Los bomberos se tuvieron que emplear a fondo aquella noche para sofocar las llamas.

Muy pocos días después, el 22 de febrero, volvía el fuego al mismo garaje. En esa ocasión se quemó únicamente un coche.

La alarma cundió entre el vecindario, lógicamente. Y el mosqueo en la Comisaría fue en aumento, porque las investigaciones de los equipos especializados no arrojaban pruebas de que fueran intencionados, pero en la Policía Nacional son reacios a creer en las casualidades. Más aún cuando hallaron un precedente más en ese mismo aparcamiento bajo el suelo. Resulta que en 2019 se produjo otro incendio, en el que se calcinaron dos vehículos y treinta vecinos hubieron de ser desalojados durante horas. El fuego también se produjo de madrugada.

Con toda esta información la Brigada de la Policía Judicial se puso manos a la obra. Y a finales de febrero de este año empezó a tomar testimonio a los vecinos de la comunidad de Villímar que habían sufrido dos incendios seguidos. Uno de los testigos pudo ver cómo uno de los moradores de uno de los edificios bajaba sobre las 22 horas del 22 de febrero al garaje y subía después a uno de los pisos. A los pocos segundos empezó a oír explosiones que procedían del garaje. El dueño del coche que resultaría calcinado descendió al garaje a las 21,30 y el automóvil estaba en perfecto estado. En ese momento, los vecinos no tenían por qué bajar a los sótanos -los trasteros se hallan en la quinta planta-, ya nadie estacionaba en el aparcamiento por haberse producido un fuego días antes.

No había pruebas directas, pero la Policía Nacional, al menos, tenía un sospechoso sobre el que dirigir la investigación. El resultado de las  pesquisas que iniciaron sobre él sorprendieron a los propios investigadores y seguro que llaman la atención también de no pocos lectores. Porque descubrieron que ese hombre tenía relación con otros dos garajes que también fueron pasto de las llamas en el pasado, uno en el G-2 (entre las calles Luis Cernuda, Gonzalo de Berceo y avenida de Castilla y León) y otro en Plaza de Roma.

Toda esta información le ha valido a la Policía Nacional para elaborar un atestado completo que apunta directamente a este vecino de Villímar, que está siendo investigado -y ha sido interrogado- pero no ha sido detenido.  El juzgado ya está en posesión de toda la información y tendrá que decidir en próximas fechas si inicia la acción judicial contra él o no.

(Más información, en la edición impresa de este domingo de Diario de Burgos)