A poco más de tres meses para que los ciudadanos de la comarca burebana vuelvan a las urnas a depositar su confianza en los candidatos políticos, un número considerable de los alcaldes de los 44 ayuntamientos tienen clara su decisión y no titubean cuando son cuestionados sobre su futuro. De todos ellos, 19 buscarán la reelección el próximo 28 de mayo y 7 dicen que abandonarán el barco. Entre los que confirman un sí rotundo figuran los regidores de algunos de los municipios más grandes del territorio, como Álvaro Morales en Briviesca; José Tomás López en Poza de la Sal, Julio Ruiz-Capillas en Busto de Bureba y Rubén Saiz de Salas de Bureba. Varios se estrenaron como políticos en la actual legislatura, otros, sin embargo, arrastran más de una década en la corporación local.
El de Briviesca, Álvaro Morales, fue el primer político que anunció después de verano que no ha perdido las ganas de continuar gobernando por la ilusión que tiene junto a sus compañeros de partido de terminar ciertos proyectos. También al considerar que «el equipo merece una continuidad por el esfuerzo y trabajo realizado» durante estos años tan duros como consecuencia de la pandemia. Confía en acabar las obras de la Casa Salamanca y ver abierto el Centro de Día.
De igual forma, su compañero de partido, José Tomás López, aspira a ser reelegido en unas elecciones que se presentan «complicadas», ya que en 2019 consiguió el bastón de mando de Poza de la Sal por tan solo un voto. Uno de los motivos que le empujan a intentar gobernar por cuarta vez consecutiva es «ofrecer una alternativa a los pozanos y que no solo haya una lista». Califica la actual legislatura como «muy dura, porque los concejales de la oposición no han hecho más que poner palos en las ruedas y nos han dificultado muchísimo el trabajo», confiesa.
Los alcaldes más jóvenes de la Bureba, Roberto Cabezón, de Cubo; Julio Ruiz-Capillas, de Busto, y José María Díez, de Bañuelos, se encuentran en el lado de los que volverán a repetir. Los tres lo tienen claro tras su primer mandato, en el que han aprendido mucho y han apostado fuerte para impulsar el bienestar de sus gentes y los recursos turísticos. Han peleado para mejorar el estado de sus carreteras y se enfrentarán a la votación con esperanza e ilusión.
Como ellos, Rafael Cornejo, el regidor que más legislaturas carga en su mochila (ocho seguidas) siente la misma ilusión que la primera vez que salió elegido para representar a los vecinos de Cascajares. De ese momento hace ya 32 años pero asegura no estar cansando de «trabajar por su pueblo».
Otro de los veteranos, Ambrosio Martínez, de Santa María del Invierno, probará suerte a pesar de que ocupa el cargo desde hace dos décadas. Considera que aunque esté entrado en años «tiene capacidades para seguir gobernando».
La moción de censura suscrita por tres concejales del Ayuntamiento de Los Barrios de Bureba contra el primer edil, Elías Plaza, finalmente se frustró por la ley antitransfuguismo. Acaba su primer mandato con «más fuerza» e intentará continuar velando por «facilitar la vida» a los vecinos del municipio y las pedanías.
En los cuatro consistorios del Valle de Caderechas, sus alcaldes optarán a revalidar la alcaldía. Consuelo García, de Cantabrana, va a por su quinto mandato y espera poder rehabilitar una vivienda municipal para alquilarla a bajo coste; Justo García continuará esquivando obstáculos para ver finalizada la sustitución de la red de saneamiento en Aguas Cándidas; Rubén Fernández pretende que el acuerdo de «repartir el presupuesto municipal de manera equitativa» entre todas las juntas vecinales de Rucandio continúe; y en Salas de Bureba, Rubén Saiz, que lleva casi la mitad de su vida entre los muros de la casa consistorial, peleará por conseguir más logros por su pueblo.
En La Vid de Bureba, Francisco Hermosilla también se decanta por el sí, porque desde que está jubilado tiene «tiempo para estos asuntos», del mismo modo que Gregorio Ortega en Castil de Peones, que tras 14 años gobernando, alberga la ilusión de ver el centro multiusos terminado.
Ricardo Pérez es de las pocas personas jóvenes de su pueblo que no ha perdido las ganas de trabajar por su zona. Repetirá como candidato en el Ayuntamiento de Salinillas de Bureba y como presidente de la entidad local menor, porque se siente «muy orgulloso de todo lo que se ha hecho en estos años». El arreglo de caminos rurales, la pavimentación de alguna calle y la sustitución de la red de agua son algunos de los asuntos pendientes que Andrés Val retomará en Quintanabureba si sale elegido.
La llegada de Modesto Ángel Martínez a la Alcaldía de Zuñeda no fue elegida, más bien obligada tras un trágico fallecimiento. Tiene ganas de construir un nuevo frontón y acondicionar varias zonas del pueblo. Miguel Ángel García aspirará a otro mandato en Padrones de Bureba pero bajo el paraguas de otras siglas, del PSOE al PP.
Si por Ana Isabel Cornejo fuera, dejaría más de lado la política, pero por falta de candidatos siente que su deber es presentarse. Declara que no quiere que «venga nadie de fuera a gobernar» en Fuentebureba, por lo que aspira a seguir con las riendas de la localidad.
En el lado opuesto de la balanza, se encuentra José Luis Gómez, el regidor de Frías, quien manifiesta su interés «en abandonar» y dar paso a otros. «Seguimos en negociaciones pero creo que la historia tiene que cambiar, con nuevas perspectivas». Recalca que los años «no pesan» y recuerda que siempre «estaré al servicio de los fredenses».
Aitor Goicoechea se despedirá del Ayuntamiento de Grisaleña en mayo, ya que no tiene ninguna intención de presentarse después de los problemas surgidos en la gestión; y Agustín Gutiérrez dejará el cargo en Carcedo de Bureba tras 32 años para que lo ocupe alguien que tenga «más conocimientos sobre las nuevas tecnologías», pues considera que se ha quedado «un poco obsoleto» en ese ámbito.«El trabajo se me complica», asume.
En Quintanavides, Belén Gutiérrez se planta. 11 años como regidora dan para mucho y confía en que su sucesor o sucesora «hagan lo mejor por el municipio». Con peor sabor de boca acabará Leoncio Marroquín su mandato en Santa María Ribarredonda al no sentirse «apoyado» en 8 años. Emilio Vadillo, de Carrias, declara estar cansado y Juan Ricardo Hernando, de Prádanos de Bureba, confirma que no continuará.
En interrogante.
Un grupo importante de alcaldes de la Bureba duda de qué paso dar. Algunos, como Arturo Pérez, de Oña, echa balones fuera y asegura no tenerlo claro, al igual que Juan Miguel Busto, regidor de Quintanilla San García; o María Jesús Hermosilla, primera edil de Berzosa de Bureba. En el caso de Amparo Rodríguez, en Abajas; Martín Díez, de Llano de Bureba, o Mercedes Segura, de Santa Olalla de Bureba, aclaran que todavía no han hablado con sus equipos y se tomarán tiempo para deliberar, ya que tienen de margen hasta abril. Consciente de que en los pueblos cada vez cuesta más labor encontrar personas que quieran integrar las listas, el regidor de Rublacedo de Abajo, José García, baraja la idea de repetir.
El regidor de Padrones cambia de bando. El alcalde de la localidad de Padrones de Bureba, Miguel Ángel García, tiene más claro que nunca que volverá a presentarse como candidato a las elecciones de mayo, «muy a pesar de las recomendaciones de mi familia y amigos» porque quiere a su pueblo. Sin embargo, el hasta ahora representante socialista ha decidido cambiar los colores y formará equipo bajo las siglas del Partido Popular.
Esta metamorfosis se debe a que «tanto la exregidora -que se vio obligada a dimitir por el acoso recibido por parte de dos vecinos- y yo hemos sufrido muchísimo y nadie de nuestro partido político ha descolgado el teléfono para interesarse por nosotros», detalla. Se siente totalmente «abandonado y como no soy político, si no ciudadano, me voy con los que sí se han preocupado y nos han tendido la mano», aclara.
En caso de salir elegido, pretende continuar con las labores de mejora de las calles, potenciar el entorno natural, las rutas de senderismo y la prueba BTT.