Tal vez por un despiste, tal vez desorientado, el caso es que ayer a mediodía, en plena misa dominical en la iglesia de Santa Catalina, un hombre encapuchado y con gorra entró directo al lampadario. Sorprendido al encontrarse el templo prácticamente lleno de fieles y cuando el cura le preguntó qué buscaba, este salió corriendo sin que los allí presentes pudieran retenerle, como relatan algunos testigos. 

Al parecer, en los últimos 20 días, se han registrado cuatro robos. Según las imágenes de la cámara instalada en la iglesia parroquial de Santa Catalina, su figura coincide en todos los episodios. La primera vez calculan que habría sustraído unos 40 o 50 euros. Las siguientes mucho menos, ya que desde ese momento el sacristán se ocupa de retirar el dinero depositado con frecuencia. 

Algunos testigos indican que el caco fuerza la cerradura del lampadario con un destornillador y se lleva la recaudación. Después "vale más el collar que el perro", dicen en referencia a la compra de nuevos candados. Lo de ayer ya rozó el esperpento. "Había bastante gente en la misa de las 12 y media y entró con todo el descaro. Sería la una menos cuarto más o menos", comenta uno de los presentes, mientras recuerda que los lampadarios "suelen ser golosos" y que la iglesia "siempre está abierta". 

Desde la parroquia denunciaron el primer robo ante la Policía Nacional arandina.