La última crecida del río Lobos no solo ha demostrado la insuficiencia de la obra en la que la Confederación Hidrográfica delDuero (CHD) ha invertido cerca de 200.000 euros y que supuestamente iba a aminorar los daños provocados por el agua en Hontoria del Pinar y el acceso al parque natural por el lado burgalés.
También ha destrozado buena parte de lo que ya se había ejecutado, pese a que las precipitaciones tampoco han sido excesivas.
La lluvia y el viento ha tronzado árboles recién plantados y otros ya mayores, además de destrozar parte de la actuación de regeneración medioambiental que había realizado Tragsa en los taludes. El agua ha arrastrado grandes cantidades de zahorra del camino contiguo y ha vuelto a sacar a la luz la basura del antiguo vertedero de caolines de la explotación minera que hace años que dejó de funcionar y que supuestamente se había eliminado. Zapatos, latas, vidrios... están en las orillas o ya dentro el Parque Natural Cañón del Río Lobos. La pasarela conocida como Culo de Elefante también está llena de maleza y los alrededores machados.
El desastre que se han encontrado los vecinos y que relata Lucio Cámara resulta desolador. Además, la crecida tuvo en vilo durante la madrugada del lunes a los residentes y empresarios del barrio de abajo, donde aseguran que paró de llover providencialmente cuando ya se temían que el agua fuera a entrar en sus casas otra vez.
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