En ocasiones, el deseo choca con la realidad. Y es posible que ese clima casi místico de «remontada» en el Bernabéu choque hoy con la estadística: el Real Madrid se enfrenta a la mejor defensa de la Premier League. El Arsenal luce como un equipo alegre, dinámico, vertical y agresivo. Pero Mikel Arteta se ha preocupado mucho en las dos últimas campañas de que haya 'peso' y contundencia detrás para sostener la idea.
El guipuzcoano (San Sebastián, 26 de marzo de 1982) tiene en su formación como entrenador cuatro pilares: los nueve años del Antiguoko junto a compañeros como Xabi Alonso, el 'ADN Barça' de cuando llegó a La Masía con 16 años, el pundonor británico de cuando jugó en Rangers, Everton o Arsenal, y la influencia incuestionable de Pep Guardiola: fue su ayudante en el Manchester City desde el verano de 2016 (cuando se acababa de retirar como jugador) hasta diciembre de 2019 (cuando recibió la llamada de los 'gunners' para dirigir al primer equipo).
Con esa maleta llena, Arteta ha confeccionado un equipo rocoso y agresivo a pesar de las apariencias: es el bloque con más expulsiones de la Liga (cinco) y solo ha encajado 26 goles en 31 partidos, un curso después de volver a ser (por primera vez en 18 años) el menos goleado de la PremierLeague: en la 23/24 solo le hicieron 29 tantos.
El 'rearmado' defensivo del Arsenal se nota en su evolución clasificatoria. Es la alternativa al dominio City-Liverpool, y en la quinta temporada del técnico español la progresión es clara: octavo, octavo, quinto, segundo, segundo… y este año, a 11 puntos de los 'reds', apunta de nuevo al subcampeonato.
Tres tantos
El Real Madrid necesita un mínimo de tres goles para apuntarse una nueva remontada. ¿Es una quimera? En la competición doméstica no ha encajado tres dianas en ningún partido. Suma apenas tres derrotas (0-1 en casa ante el West Ham; y a domicilio, 2-0 con el Bournemouth y 1-0 con el Newcastle), y esa dinámica de los encuentros alocados repletos de tantos se ha frenado desde verano de 2023: en estos dos años, solo el Luton (en un 3-4 ganador para los 'gunners') superó la barrera de las dos dianas, un giro radical respecto a temporadas precedentes: en la 22/23 (solo en Liga) encajó tres goles en cinco partidos, seis en la 21/22…
La llegada de Declan Rice fue fundamental en este aspecto. Arteta y Edu Gaspar, director deportivo hasta esta campaña (sustituido por Andrea Berta), detectaron que el equipo necesitaba un mediocentro que acompañara a Thomas Partey, un 'stopper' de gran despliegue físico capaz de frenar al rival desde la creación. Los casi 120 millones de euros que pagaron al West Ham vistieron a Rice de rojo y blanco y el conjunto lo notó inmediatamente: este curso, por ejemplo, es el combinado de la Champions que menos disparos a puerta concede (29), un dato muy alejado del Madrid (68). Y de los cuartofinalistas, solo el Inter (91) recibe menos tiros que los ingleses (98).
El meta
David Raya fue un 'capricho' de Arteta que inicialmente chocó contra la afición 'gunner', que tenía una clara preferencia por Aaron Ramsdale, pero actualmente nadie en el Emirates duda de la categoría del catalán. A sus 29 años, en plena madurez como guardameta, desapareció del radar del gran público español cuando buscó en 2012 la aventura inglesa en el sub'18 del Blackburn Rovers… y apareció de la mano de Luis Enrique, que lo convocó con la selección por sorpresa cuando militaba en el Brentford (con el que logró el ascenso en 2021).
En su primera temporada en el Arsenal, la pasada 23/24, el de Cornellá recibió el Guante de Oro de la Premier League, galardón que premia al portero con más 'clean sheets' (porterías a cero): no encajó gol en 19 de los 38 partidos de Liga. Son ya 87 duelos con el Arsenal, en los que apenas ha recibido 70 tantos. Su tranquilidad para sacar la pelota controlada y su dominio del juego aéreo (a pesar de su 1,83 metros) han aportado al cuadro londinense el poso necesario para acercarse un poco más a los grandes. Hoy, ante la delantera más lujosa del planeta, tendrá otra oportunidad de reivindicarse.