En el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos respiran hoy aliviados, del mismo modo que hace exactamente un año se veían atenazados por una profunda preocupación al descubrir que amplias masas de pinares de los valiosos montes del Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila estaban en peligro debido a la acentuada sequía y a una plaga de insectos que, gracias a una acertada toma de decisiones y al trabajo sobre el terreno, hoy se puede dar por «contenida» tras capturar 300.000 ejemplares de los pequeños coleópteros de las especies Ips acuminatus y sexdentatus (más dañino aún pero menos numeroso en esta zona de la Sierra de la Demanda).
Sorprendido aún por el altísimo número de individuos que han caído en las 40 trampas de feromonas que distribuyeron por las zonas más afectadas en abril de este año, Carlos Mata, director del Parque Natural, considera que se puede hablar de «cierto nivel de éxito» en la gestión de una crisis que sin embargo se niega a dar aún por finalizada. «El estrés hídrico ha dejado algunas laderas con la masa forestal bastante debilitada», como a simple vista pueden observar quienes suben a lo que en Neila se conoce como la zona de la Sierra -menos visitada y accesible que la de las Lagunas- y observan corros de árboles con las copas amarillentas, muy decaídos. «La situación nos hace ser muy cautos mientras sigan en ese estado, porque una vez que las poblaciones de Ips aumentan pueden colonizar incluso a los ejemplares sanos, no solo a aquellos debilitados», añade este ingeniero de la Sección Gestión Forestal Primera del Servicio Territorial.
Por ello, las trampas instaladas continuarán en las ubicaciones elegidas por los técnicos, aunque no se realice el correspondiente aporte de feromonas (la sustancia que atrae a los escarabajos barrenadores del pino). «Sería un gasto innecesario retirarlas y luego tener que volver a colocarlas», subraya. Así estaremos ya preparados ante una hipotética situación análoga», añade Mata.
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