Tres años para una primera consulta en la Unidad del Sueño

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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El departamento, que fue uno de los más punteros de toda España y quedó desmantelado en 2020 sigue sin normalizar su actividad y tiene una gran lista de espera con constantes cambios que confunden a los pacientes

Tres años para una primera consulta en la Unidad del Sueño - Foto: PATRICIA

Se denomina síndrome de apnea/hipopnea del sueño (SAHS) a la condición de la salud que se produce en una persona que realiza varias pausas respiratorias en una hora durante la noche mientras está dormida. El estudio de esta patología ya supera los treinta años en España y desde mediados de los 90 se ha avanzado mucho en su investigación, sobre todo en conocer qué le pasa al organismo durante el sueño y qué peligros tiene para el conjunto de la salud dejar de respirar durante esos breves espacios de tiempo.  Como explica la Asociación Española del Sueño, la obstrucción de las vías respiratorias puede hacer que llegue menos cantidad de oxígeno del necesario a los órganos, lo que va a tener una doble consecuencia: «Por un lado, cada episodio de asfixia va a provocar la contracción de las arterias, lo que deriva en una peligrosa hipertensión que puede afectar al corazón, al cerebro o al riñón y si el trastorno dura varios años puede desarrollar enfermedades cardiovasculares, ictus o diabetes. Por otro, la persona no pasa por la fase de sueño reparador, por lo que a la mañana siguiente se encuentra cansada. Si el trastorno dura varios años puede tener problemas de memoria o quedarse dormida al volante o en el trabajo».

Para evitar estas peligrosas consecuencias hay pacientes que son derivados desde medicina de Familia o cualquier otra especialidad a las unidades de sueño para descartar que padecen SAHS; si se confirma la sospecha del especialista se ponen en marcha tanto consejos de cambios de hábitos de vida como tratamientos, que en un altísimo porcentaje mejoran la calidad de vida. En Burgos se inauguró en 1996 (en el Hospital General Yagüe) una  de las primeras unidades de sueño que hubo en España que ahora, casi treinta años después y ya en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU), acumula esperas de casi tres años para que los pacientes sean recibidos en una primera consulta, que mayoritariamente son por esta patología.

Este periódico ha podido conocer un caso en el que una petición  de consulta en la unidad realizada en noviembre de 2022 aún no se ha realizado. En aquella fecha, la paciente fue citada para principios de marzo de 2025; un mes después recibió una nueva fecha: mediados de septiembre de 2024, que más tarde se adelantó a principios de este mes de agosto, pero apenas unos días antes de que tuviera lugar su encuentro con el médico recibió una nueva carta que volvía a alejar el primer contacto con la persona experta en sueño: febrero de 2025, cuatro citas diferentes a lo largo de dos años, una situación que bien podría confundir a cualquiera y terminar con una consulta fallida, que es aquella en la que falta el paciente sin avisar previamente, por lo que se crea un hueco asistencial sin cubrir y complica aún más el difícil panorama de la atención hospitalaria en Burgos. Se da la circunstancia, además, de que en cada una de las citaciones ha variado el nombre del profesional a cargo de ese paciente. En la última, ya no se indica ninguno. 

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