Aranda y la Ribera del Duero no escapan al auge que experimentan los pisos turísticos en prácticamente todo el país. Aunque la tendencia resulta más evidente en las grandes ciudades, la comarca ya cuenta con 50 viviendas vacacionales, más otros 15 apartamentos destinados, sobre todo, a quienes visitan la capital ribereña o alguno de sus municipios. Según el registro de Turismo de la Junta de Castilla y León, en Aranda se contabilizan 19 viviendas turísticas que suman 121 plazas. Las otras 31 se ubican en localidades como Fresnillo de las Dueñas, La Horra, Roa o Vadocondes, cada una con tres; Fuentenebro y Villanueva de Gumiel con dos; mientras que con una figuran Adrada de Haza, Anguix, Peñaranda de Duero, Pinilla Trasmonte, Gumiel de Izán, Caleruega, Fuentespina o Castrillo de la Vega. De acuerdo con las cifras de la administración regional, el número de plazas en los pueblos asciende a 278 ya que unas viviendas pueden albergar a 20 personas, mientras que otras se limitan a cuatro. La capacidad total, entre Aranda y la Ribera, roza las 400 camas.
En cuanto a su ubicación, las viviendas turísticas de Aranda se reparten prácticamente por toda la ciudad, aunque ganan por mayoría las del centro. Así, las que están registradas ante la Junta de Castilla y León se distribuyen en calles como La Sal, San Francisco, Rosales, Santa Ana, Miranda do Douro, Jardines de don Diego, la plaza de la Ribera o Arco Isilla. No obstante, fuentes del sector consideran que «la cifra real debe ser superior a 19 viviendas turísticas en Aranda». Según dicen, «no hay más que echar un vistazo a plataformas como Airbnb».
En lo que respecta a los 15 apartamentos turísticos, siete funcionan en Aranda y los otros ocho en distintos pueblos. Más concretamente, tres en Roa, uno en Tubilla del Lago, otro en Vadocondes, en Espinosa de Cervera, Gumiel de Izán y también en San Martín de Rubiales. El número de plazas rebasa las 260. De ellas, en torno a 165 pertenecen a Aranda y se distribuyen en diversos bloques por la Plaza Mayor, Jardines de don Diego, avenida Castilla y las calles Pedrote, San Antonio, Postas y Miranda do Douro.
Así las cosas, entre viviendas y apartamentos turísticos, el número de plazas superaría las 660, pese a lo 'reciente' de este modelo.
Precaución. Por su parte, Ana Belén Velasco, secretaria de Acriduero, una asociación que agrupa a casas rurales y apartamentos turísticos, destaca que estos alojamientos funcionan bien en Aranda y registran «mucho movimiento». Según apunta, el perfil del usuario es variado, desde trabajadores de fuera, a familiares que vienen a ver a sus padres y abuelos o turistas. Eso sí, advierte de la importancia de controlarlo y cumplir con la normativa para evitar que se desmadre. De hecho, Velasco advierte que hay comunidades de vecinos que ya han impedido que haya viviendas de uso turístico en sus bloques.
A ello suma otro factor. «Cuando venga alguien a trabajar de continuo, como médicos o profesores, puede ser un problema. Se reducen las opciones y sube el precio. Si no encuentran vivienda, ¿quién va a querer venir? Hay que tenerlo muy en cuenta. No todo lo que conlleva el turismo es bonito», zanja.