Queda trabajo por delante, pero los pasos que se están dando van encauzados a que la colección única que durante décadas han ido recopilando los hermanos Alonso Maté pueda seguir, de la mano de la Diputación, «viva en la provincia». Así lo reconoce su presidente, Borja Suárez, tras haberse reunido con ellos y visitar el MUMO, el espacio de Modúbar de la Emparedada en el que los etnógrafos exhiben desde el 2012 parte de su patrimonio, en este caso una muestra llamada El Hombre y la Recolección con más de 300 piezas y que supone solo el 60% de todo el material que atesoran sobre otros oficios.
Un conjunto que en primavera del año pasado el Ayuntamiento solicitó a los dueños que desalojaran porque habían decidido otros usos para la nave que lo alberga. Sacar de allí las piezas es ahora casi una cuestión de urgencia (se les ha concedido ya varias prórrogas) por eso la Diputación facilitará su almacenaje y después, si hay acuerdo con los dueños, gestionaría como exponerla, siendo San Salvador de Oña uno de los destinos que se barajan.
Carlos Alonso Maté explicó con pasión a Suárez, acompañado durante el recorrido por la diputada de Cultura Raquel Conteras, la técnico de Patrimonio Cultural Inmaterial y la alcaldesa, todas las herramientas y maquinarias que poseen, desde la hoz a la segadora, del mayal a la máquina de trillo... Algunas cogidas de pajares antiguos, otras de países como Bélgica o Nepal. «Es una antología del conocimiento antropológico y del patrimonio etnográfico. Es digno de ver y les damos las gracias por haberlo preservado», afirmó Suárez, que aprovechó para agradecer a la alcaldesa, Sylvia Burgos, «la paciencia» por permitir dejar un poco más de tiempo la muestra hasta trasladarla a otro sitio. «Hasta ahora el Ayuntamiento ha permitido que se exhiba, ahora nos toca a otras administraciones tratar de preservarla y que no se marche de la provincia».
Una vez conocido el material, la Diputación elaborará un informe. De forma paralela, los dueños, que reconocían poner facilidades al proceso, les enviarán su propuesta por escrito. «Después nos sentaremos con ellos para tratar aspectos menos románticos y más jurídicos y administrativos. La idea es seguir dando pasos y concentrar los esfuerzos para que esta colección siga estando viva», expresó Suárez, que reconoció que la necesidad de espacio es muy grande para poder albergar todo el material del que disponen los hermanos, unos 5.000 metros cuadrados. «De los lugares de los que dispone la Diputación apuntamos al monasterio de San Salvador, en Oña, que cuenta con 10.000 metros de superficie para albergar muchos usos», dijo.
Espacio educativo. En lo referente a este espacio, «donde ya se han invertido más de 6 millones de euros», Suárez comentó que la intención de la Diputación es darle «un aprovechamiento educativo» y que esta colección supone «educar también». Cabe recordar que existe un proyecto de la administración provincial para construir un albergue juvenil en este singular edificio, donde ya son visitables «el panteón real y un par de claustros».
Sin asumir más compromisos que la voluntad por llegar a un acuerdo, Suárez comentó que aún queda lejos el momento en el que la Diputación ponga en valor la muestra, pero que están dando los pasos previos que se deben dar. «Por ahora estamos buscando un almacén y a futuro trataremos de buscarle ese espacio expositivo».
Hasta hace unos meses El Hombre y la Recolección era visitable a través del formato Museo Vivos. A falta de perfilar el acuerdo con los hermanos, la intención es que la Diputación también pueda exhibir las piezas que conforman otras colecciones, como las relacionadas con el tejido, los ingenios hidráulicos, el taladro, la uva o la leche y el queso. Ya se verá si se muestran todas o parte de ellas, y si la totalidad va a Oña o se van instalando en otros espacios de la provincia.