Estaba llamada a ser la tarde de Enrique Ponce, que se despedía de los ruedos en Burgos, y ha terminado siendo la de Emilio de Justo, y sobre todo la de Vedijoso, el maravilloso toro de la ganadería de Juan Pedro Domecq que ha sido indultado. Era el sexto de la tarde, que tuvo nobleza, clase y fondo, y al que De Justo cuajó una faena soberbia.
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El astado se vino siempre a más y el extremeño lo cuajó de pitón a rabo. Apoteosis en los tendidos desde el inicio de rodillas de Emilio de Justo, que toreó a placer. Una faena de figura del toreo con los tendidos en pie. El público comenzó a pedir el indulto a medida que De Justo se explayaba completamente abandonado. Finalmente la presidencia atendió los deseos del respetable y Vedijoso fue indultado.