El paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh) Emiliano Bruner ha publicado una revisión sobre la relación entre fósiles y cognición aplicando los modelos psicológicos a comportamientos relevantes para la evolución humana.
En el artículo, publicado en la revista Journal of Comparative Neurology, Bruner realiza un llamamiento a la utilización de métodos experimentales y cuantitativos en la arqueología cognitiva y subraya la importancia de los elementos somáticos, sociales y tecnológicos a la hora de investigar la cognición, en particular cuando se trata de un primate humano, ha informado el Cenieh en nota de prensa.
En su trabajo describe la relación entre fósiles y cognición siguiendo los principios de la arqueología cognitiva, es decir, la aplicación de modelos psicológicos a aquellos comportamientos relevantes para la evolución humana.
Evaluación psicológica para entender las mentes extintas La evolución se basa en múltiples linajes independientes y los homínidos fósiles podrían haber tenido habilidades cognitivas que los humanos modernos han perdido, o que nunca han evolucionado.
En este sentido, la frecuencia de ciertos comportamientos es crucial, debido a la importancia de distinguir las respuestas y adaptaciones ocasionales de las habituales.
También ha de tenerse en cuenta la complejidad del comportamiento para evitar generalizaciones que puedan ocultar cambios cognitivos consistentes.
Este trabajo de revisión profundiza en el sistema fronto-parietal, la memoria de trabajo, la cognición visoespacial y la atención.
El ser humano moderno tiene una complejidad social y tecnológica que sugiere cambios evolutivos recientes en las habilidades ejecutivas y atencionales.
"Muchos de nuestros logros cognitivos y culturales se deben probablemente a que nuestra atención es intencional, sostenida y consciente", ha señalado Emiliano Bruner.
Asimismo, se presenta el papel de la corteza parietal en la consciencia, y en concreto del precúneo, considerado uno de los principales centros de integración de las redes neurales, además de ser una parte involucrada en procesos asociados a memoria e integración visoespacial.
Para Bruner, "el precúneo es como un 'proyector' de nuestra línea narrativa, que integra informaciones corporales y visuales".
Finalmente, se introduce el modelo de subsistemas cognitivos de John Teasdale, fundado en dos formas diferentes de razonamiento: holístico intuitivo (basado en la percepción) y conceptual (basado en recursos fonológicos y de imagen).
El primero se desarrolla en gran medida a partir de factores somáticos y atencionales en línea, mientras que el segundo se basa en información fuera de línea, la memoria de trabajo y la red por defecto, lo que da pie a Bruner para dejar en el aire la pregunta de si los homínidos extintos podrían haber recurrido a distintas combinaciones de ambos subsistemas.