Desde hace semanas no se habla de otra cosa en los bares, en los comercios, a la entrada y salida del colegio, en la parada del autobús o en los parques del barrio de Fuentecillas. El anuncio del traslado de las barracas desde el polígono docente del Vena al conocido como 'parque de los ochos' ha hecho surgir un movimiento vecinal espontáneo en contra que se ha movido a través de WhatsApp y de correo electrónico.
Los ánimos están encendidos y los residentes en los bloques más cercanos al lugar en el que se instalarán las atracciones han colgado ya pancartas en las que se puede leer: 'barracas no, farolas y centro cívico sí' y se ha convocado una asamblea vecinal para el martes con el objetivo de poner en marcha acciones que frenen el traslado.
El malestar es generalizado por la proximidad a los bloques, -algunos de ellos con planta baja-, por las molestias de ruido que causará el ferial al funcionar hasta la madrugada, así como la suciedad que puedan generar los cientos de personas que acudan al ferial. «El movimiento vecinal ha surgido de forma espontánea y está integrado por vecinos que no queremos que nos pongan las barracas», asegura una vecina de la calle Rosa Sensat.
Temen que aunque el Ayuntamiento diga que será un emplazamiento provisional por dos o tres años se alargue como ha sucedido con el polígono docente, donde llevan 18 años. «No tienen ni ubicación ni proyecto para el recinto ferial permanente y sin eso es imposible que se cumplan esos plazos».
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