Cuando el Ayuntamiento de Burgos comenzó a desmantelar y limpiar de escombros el poblado de El Encuentro, los operarios detectaron una montonera de extintores que habían aparecido de la noche a la mañana. Se trataba, a todas luces, de un vertido ilegal sobre el que la Policía Local comenzó una somera investigación. Las pesquisas llevaron a señalar a dos empresas, una la propietaria del material y otra una subcontrata que, supuestamente, tenía que encargarse de gestionar esos residuos de manera legal. Ninguna de las dos se han responsabilizado de estos hechos, pero el asunto ya está en manos de la Junta de Castilla y León, que será quien tramite el expediente. 

Cuando descubrieron un total de noventa extintores abandonados en un rincón de El Encuentro, los agentes adscritos a la Unidad Medioambiental del cuerpo municipal recabaron de las etiquetas información para ponerse en contacto con la suministradora. Ésta, les informó que habían sido adquiridos por una entidad bancaria de la capital burgalesa, la cual confirmó este hecho. 

Según explicaron representantes de la compañía monetaria, los extintores estaban almacenados en un sótano. Unas instalaciones que habían acordado adecentar a través de una empresa de reformas. Se suponía, señalaron, que ésta se encargaba de llevarse todo ese material y gestionar los residuos de manera regular. Por supuesto, negaron que ellos intentasen deshacerse de ellos llevándolos hasta el poblado chabolista. 

También lo negó el responsable de la mencionada empresa de reformas. Para empezar, aseguró que ni siquiera llegó a coger los 90 extintores, sino que sólo se llevaron una parte a un chatarrero. El titular de la planta de residuos negó siquiera conocerles y, de hecho, se comprobó que ni siquiera tenía licencia para gestionar el reciclaje de extintores de este tipo, que contienen Polvo ABC. 

Las diligencias instruidas han sido remitidas a la Junta de Castilla y León, que se ha hecho cargo del expediente y que intentará localizar al responsable de este vertido. Las sospechas de los policías locales se centran principalmente en la entidad bancaria y en la empresa de reformas, pues la chatarrería, tras una inspección rutinaria, tenía toda la documentación en regla (...).

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