El HUBU dio el año pasado un impulso importante al uso del robot Da Vinci y, de hecho, cerró el ejercicio con la segunda cifra más alta de cirugías realizadas con esta técnica mínimamente invasiva: 179. Es el máximo desde que se empezó a instalar el equipo, hace ahora seis años, y sitúa al complejo burgalés por detrás del hospital más veterano de la Comunidad en el manejo de la técnica, que es el vallisoletano Río Hortega, con 302 pacientes operados en 2023 con el robot.
Burgos superó en cirugías robóticas realizadas a los hospitales de Salamanca y León, donde el equipo se instaló y empezó a utilizar a la vez que en el complejo burgalés, en junio de 2018. Sin embargo, mientras que el uso del robot se paró casi por completo durante lo peor de la pandemia en Burgos -sobre todo, por la falta de personal de enfermería- en los últimos dos años se ha potenciado el manejo. Y, especialmente, por insistencia de Urología, que es la especialidad que más lo utiliza y siempre para operar cánceres.
Como en otros hospitales, en un principio el uso en el HUBU estaba indicado para la extracción radical de la próstata, porque el robot es más preciso -elimina temblores de la mano, el riesgo de cansancio y ejecuta giros imposibles para la muñeca humana- y no solo da más garantías de preservación de los nervios, sino de que el hombre pueda conservar la continencia y la potencia sexual. Es decir, que además de ganar en seguridad, el Da Vinci asegura mayor calidad de vida al paciente tras la prostatectomía radical. Y aunque en un primer momento el robot solo se utilizaba con enfermos oncológicos de Burgos, los pacientes con tumores malignos en la próstata de Soria reclamaron operarse en el HUBU con el robot y también algunos del norte de Palencia.
Pero el aumento de los cánceres urológicos -sobre todo el de vejiga en las mujeres- provocó que los urólogos reclamaran incluir esta indicación y, desde hace un par de años, el Da Vinci también se emplea para las extirpaciones radicales de este órgano. A eso se añade que hay algunos tumores del riñón que también se eliminan de esta manera y, más recientemente, para los estrechamientos del uréter. En total, Urología suele programar cinco intervenciones semanales con el robot y cerró el 2023 con 123 operaciones de este tipo.
Cirugía General también es una especialidad que ha manifestado interés por aumentar las indicaciones del Da Vinci, que en principio empleaban únicamente para los cánceres colorrectales. Pero tras la pandemia empezaron a valorar el uso en el páncreas, con el objetivo de extenderlo al resto de subespecialidades de la Cirugía General. Y ahí entra la decisión de formar a más especialistas en el manejo del ordenador que guía al robot para emplearlo también en el tratamiento de algunos tumores y metástasis en el hígado.
Las otras dos especialidades que utilizan el robot en el HUBU son Ginecología y Otorrinolaringología y, según distintas fuentes, en sendos servicios tienen interés por formar a más gente en el manejo del equipo y extender su uso a otras especialidades. Y a estas cuatro áreas con actividad quirúrgica robótica se sumó el pasado mayo Cirugía Pediátrica, que fue un servicio pionero en la Comunidad en emplear el robot en niños y, tras un parón por falta de personal acreditado en el manejo, ahora ha vuelto a formar a gente y a emplearlo.
Al interés de los profesionales se suma el de la dirección por sacar partido a un equipo por el que el HUBU peleó mucho -y especialmente el coordinador de la cirugía robótica, el urólogo Emilio Gutiérrez- que desde hace un par de años trata de poner facilidades para que el robot «no esté parado».
De esta manera se ha conseguido superar a los hospitales de Salamanca y de León en cirugías robóticas realizadas, pero se está lejos de las 302 efectuadas por el Río Hortega. Este hospital fue pionero en usar esta tecnología y ya está a punto de dar un paso más: ha empezado a formar a gente en el manejo del robot en patología no oncológica.